La ley mal hecha y las consecuencias para ella - Alfa y Omega

La ley mal hecha y las consecuencias para ella

La pena de su violador se ha rebajado drásticamente gracias a la nueva ley del solo sí es sí y nos cuenta que está «llena de rabia»

Alfa y Omega

Es una verdadera valiente. La mujer que firma esta semana en Alfa y Omega con iniciales y alguna lágrima solo tiene un objetivo al rememorar para el gran público un episodio tan íntimo y traumático. Ejemplificar con su vida que las leyes que se hacen en los despachos, más aún si se redactan rápido, mal y a medias, tienen graves consecuencias en las vidas de las personas de a pie. En este caso, en su historia particular, en la que una noche atravesó sola un parque de Madrid y dos desgraciados la violaron y golpearon sin corazón, conciencia ni humanidad. 13 años después, colmados de pesadillas, odio, ruedas de reconocimiento y deseo de perdonar, una llamada de la abogada volvió hace unos días a revivirlo todo. Uno de sus agresores, el único al que pudo reconocer —el otro se fue antes y llevaba la cara tapada— ha visto drásticamente rebajada su pena de cárcel por ese totum revolutum que supone la nueva ley del solo sí es sí, en la que se han unificado tipos de delitos, lo que ha transformado los tramos de penas. Errar es humano y hubo posibilidad de subsanarlo, pero no voluntad de hacerlo. No faltaron voces que dieron la alarma ante lo que podría suceder y se hicieron oídos sordos. «No me entra en la cabeza que una mujer que dice defender a las mujeres consienta esta barbaridad. Que vea lo que pasa y que eche la culpa a otros en vez de frenarlo. Y otra vez vuelvo a vivir todo aquello y me llena de rabia pensar que todo lo que pasé ya no sirve de nada», asegura ella en estas páginas. Mujer, joven, que quiso volver sola hasta su coche una noche tras pasar un buen rato con amigas. El prototipo que nuestras gobernantas dicen defender y por el que se llenan la boca de proclamas y los bolsillos de dinero. Es todo una falacia. La ley tiene cosas buenas, sí. Pero quedan sepultadas al lado de aquel desgraciado que arrancó los leggins a una chica, le desfiguró la cara y la dejó sin dormir durante años. Y ahora, gracias a nuestras defensoras, podrá volver a hacerlo.

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