La joya submarina del Cristo del Abismo se somete a un lavado de cara - Alfa y Omega

La joya submarina del Cristo del Abismo se somete a un lavado de cara

La gran estatua de bronce está en costas italianas y fue construida fundiendo las medallas de los soldados caídos. Cada año, buzos de la policía la limpian con agua a presión sin causar impacto ambiental

Ester Medina Rodríguez
Estatua submarina del Cristo del Abismo
Estatua submarina del Cristo del Abismo. Foto: Superintendency of Archaeology, Fine Arts and Landscape for Liguria Via AP.

Si usted es amante del submarinismo y en algún momento bucea por la costa de Liguria, entre las localidades de Camogli y Portofino, al norte de Italia, es posible que se tope con la majestuosa estatua de bronce del Cristo del Abismo. De hecho, no se extrañe si sucede porque, según la oficina arqueológica del Ministerio de Cultura de Italia, esta talla se encuentra en el punto de buceo más frecuentado del Mediterráneo debido a su proximidad a la costa y a su relativa poca profundidad. Ubicada a 17 metros de profundidad, con dos metros y medio de altura y 250 kilos de peso, fue colocada en el fondo marino en 1954.

Esta semana, este monumento submarino ha sido sometido a la anual limpieza que realizan los buzos de la policía italiana, la guardia costera y otros cuatro cuerpos de seguridad. Para ello, desde 2004 se utilizan tubos de alta presión, con los que se pretende despojar a la estatua de las bacterias y las costras corrosivas acumuladas durante el año. Según ha explicado a los medios locales Alessandra Cabella, jefa de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Liguria, este proceso de limpieza «utiliza agua de mar y no daña el bronce ni el ecosistema marino, ya que los microorganismos se desprenden y se devuelven al mar».

Un buzo de la Marina italiana limpia la estatua de bronce.
Un buzo de la Marina italiana limpia la estatua de bronce. Foto: Superintendency of Archaeology, Fine Arts and Landscape for Liguria Via AP.

El Cristo del Abismo es obra del escultor Guido Galletti, que no lo representó en actitud pasiva, sino con los brazos en alto y extendidos en posición de bendición. El bronce es resultado de la gran cantidad de medallas fundidas de soldados del ejército, barcos y soldados italianos que cayeron en la Segunda Guerra Mundial. De alguna manera, es un recuerdo para todos aquellos que perecieron en el mar y cuyas vidas hoy también se dispersan en él.

Debido a su atractivo turístico, la tarea de una limpieza periódica también asegura la conservación por parte de las autoridades italianas. Sin embargo, «durante los primeros 50 años de la estatua en el agua, fue limpiada de forma indiscriminada con cepillos metálicos», explica Cabella. «Estos escarificaron el bronce creando al mismo tiempo microsurcos, donde los organismos marinos se han visto aún más invitados a arraigar». Por eso, defiende estos nuevos métodos «sin ningún impacto ambiental» y que ayudan a conservar una estatua submarina tan emblemática.