La Iglesia se moviliza para evitar más muertes en la ruta canaria
La iniciativa eclesial Hospitalidad Atlántica, en la que participan diez países y 26 diócesis, ofrece una información veraz a los migrantes para que puedan elegir con libertad si emprender el viaje a Europa o no
«Permitir la detención de niños a partir de 6 años» o «destinar dinero» para el control de fronteras a gobiernos de países donde no está garantizado el respeto a «los derechos humanos son algunas de las prácticas que el Pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea —que se aprobará en 2024— «quiere legitimar». Así lo denunció recientemente el departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, cuyo director —el dominico Xabier Gómez— califica el documento como «preocupante», además de «decepcionante» y de ser «una oportunidad perdida» para establecer vías legales, seguras y ordenadas» que eviten que los migrantes se tengan que jugar la vida para llegar a Europa.
Frente a este acuerdo, que la UE ha estado negociando tres años, la Iglesia está desarrollando su propio pacto, que se centra «en salvar la vida de las personas» y «contribuir al bien común», explica Gómez. El proyecto eclesial, que responde al nombre de Hospitalidad Atlántica, involucra a diez países y 26 diócesis, tanto de África como de Europa, todos ellos situados en torno a la ruta atlántica. Así es como se conoce al periplo emprendido por los migrantes hasta Canarias desde lugares como Marruecos, el Sáhara Occidental o Senegal y Gambia, estos últimos separados del archipiélago español por cerca de 1.500 kilómetros. La iniciativa nació cuando el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral convocó en enero de 2022 a los obispos de las diócesis de la ruta. «En aquel encuentro vimos conveniente estrechar las relaciones y trabajar en red», rememora el religioso español, que ha sido el ideólogo del proyecto. «Lo que buscamos es facilitar el acceso a una información veraz que contribuya a una toma de decisión libre sobre si migrar o no», explica en conversación con Alfa y Omega. La idea es mostrar los peligros de la ruta, las dificultades legales en Europa o los derechos en los países de llegada. Para lograr este primer objetivo, la Hospitalidad Atlántica está trabajando en una aplicación móvil —RefAid— en la que volcar todas estas indicaciones y tiene previsto, además, la grabación de una serie de pódcast en distintas lenguas donde se explique la situación real de lo que se van a encontrar los migrantes que decidan emprender el viaje. Asimismo, se está desarrollando una guía de hospitalidad donde aparecen los distintos recursos de acogida gestionados por la Iglesia en los diferentes países de tránsito. «Lo que estamos haciendo es ir volcando los datos en la app a medida que nos los van comunicando las distintas diócesis y, cuando esté completa, la queremos difundir a través de los secretariados de Migraciones y en páginas web especializadas», indica Xabier Gómez.
La última línea del proyecto tiene que ver con la puesta en marcha de proyectos en los países de origen. «Queremos contribuir al desarrollo local para ofrecer un futuro a quienes les gustaría quedarse en su país pero se ven abocados a salir por falta de oportunidades», concluye Gómez. En este sentido, Hospitalidad Atlántica prevé apoyar iniciativas encaminadas a fijar población en África haciendo de intermediarios entre los proyectos locales con posibles financiadores.