La Iglesia responde a la llegada de refugiados con 3.000 plazas de acogida y un «corredor de hospitalidad»
José Cobo, obispo responsable del Departamento de Migraciones de la CEE, pide que no haya migrantes de primera y de segunda categoría
Como toda la sociedad, la Iglesia ha respondido al drama de la guerra en Ucrania, que ha provocado el mayor éxodo de personas desde la II Guerra Mundial, desde el primer momento y con todo los recursos disponibles. Solo en nuestro país, ya ha habilitado 3.000 plazas de acogida para refugiados ucranianos. Uno de los ejemplos más significativos es el del seminario de Tarazona, que ya hemos contado en estas mismas páginas.
«La guerra nos ha convulsionado. Y la Iglesia ha sido hospital de campaña, igual que toda la sociedad», ha afirmado José Cobo, obispo responsable del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en un encuentro con periodistas en el marco de la Asamblea Plenaria que los obispos celebran esta semana en Madrid.
El también obispo auxiliar de Madrid ha valorado cómo los pueblos han abiertos sus puertas y las parroquias se han volcado. «Esto nos hace mejores. La migración nos hace mejores», ha añadido.
En este sentido, y en medio de esta ola de solidaridad, ha querido poner el foco en los otros fenómenos y flujos migratorios ante el riesgo de que queden en el olvido. «Queremos evitar que haya migrantes de primera y de segunda categoría», ha afirmado.
En este sentido, ha pedido que el acercamiento a la realidad migratoria se haga mirando a los ojos de los migrantes antes de etiquetar al que llega, que lo hace huyendo para salvar la vida. «La humanidad del Evangelio nos lleva a mirar a los ojos y a decir que quien viene de una guerra lo hace independientemente de su color de piel», ha recalcado.
Así, ha agregado que también hay un trabajo de sensibilización importante hacia dentro de la Iglesia para presentar la verdadera realidad de las migraciones y se «vayan quitando interferencias que no vienen del Evangelio».
Tras hacer esta reflexión, el obispo madrileño ha señalado que en estos momentos la Iglesia está trabajando en cómo hacer estable la acogida de emergencia. De hecho, ya ha hecho un llamamiento a las diócesis para que presenten los recursos que podrían tener disponibles.
«Hay municipios que necesitan personas»
Además, están trabajando en un proyecto que José Cobo ha bautizado como «corredores de hospitalidad». Se trata de aprovechar la capilaridad de la presencia de la Iglesia para trasladar a las familias de unas diócesis a otras en función de los recursos y la decisión de las familias. «Hay municipios que necesitan personas. La acogida se haría en las parroquias», ha asegurado. Ya se está trabajando en lugares como Plasencia, Palencia, Ávila, Guadalajara o Logroño.
En este sentido, adquiere mucha importancia, ha reconocido, la Mesa del Mundo Rural promovida por el Departamento de Migraciones de la CEE y en la que participan asociaciones, ayuntamientos y la propia Iglesia y que busca ayudar a familias que quieran establecerse y desarrollar su proyecto de vida en el entorno rural.
Preguntado sobre la posibilidad de establecer en España los corredores humanitarios –Sant’Egidio los ha puesto en marcha en países como Italia o Francia–, Cobo ha dicho que la Administración «nunca ha dicho un no rotundo», pero siguen a la espera de «nuevos pasos».