La Iglesia propone una Asamblea Eclesial para Europa en 2025
El documento final de la fase continental europea del Sínodo pide «clarificar a qué nivel, desde el local al universal, se deben tomar las decisiones» sobre cada tipo de temas
La experiencia espiritual de la asamblea sinodal continental celebrada en Praga (República Checa) durante la segunda semana de febrero «nos ha llevado a darnos cuenta, por primera vez en nuestra Iglesia en Europa, de que es posible encontrarse, escucharnos unos a otros y dialogar desde nuestras diferencias y superar los muchos obstáculos, muros y barreras que la historia nos ha puesto en el camino». Así comienzan las conclusiones del documento final de la Iglesia en Europa para la fase continental del proceso sinodal, publicado el pasado lunes.
«Necesitamos amar la diversidad dentro de nuestra Iglesia y apoyarnos unos a otros en la mutua estima, fortalecidos, por nuestra fe en el Señor y en el poder de su Espíritu». Por ello, «deseamos seguir viajando en un estilo sinodal», pues «más que una metodología» es «una forma de vida» y de discernir en comunidad los signos de los tiempos.
Así, proponen que la asamblea continental se convierta en un evento periódico que ayude a profundizar «desde una perspectiva misionera» y «sin dejarnos paralizar por el miedo» en los asuntos abordados en Praga y que necesitan madurarse. Un buen comienzo para ello es la propuesta de un participante, recogida en el documento final, de convocar una Asamblea Eclesial para Europa que podría tener lugar en el año 2025.
A lo largo de todo el documento, se reconoce que durante la conversación espiritual que marcó el encuentro continental se vivieron diversas tensiones. Las más significativas fueron entre unidad y diversidad, y entre «la acogida a los otros como prueba del amor incondicional del Padre por sus hijos» y «el valor de proclamar la verdad del Evangelio en su integridad». Superar estas tensiones es posible, como lo demuestra la experiencia. Pero sobre todo «porque está implicada la gracia».
Prioridades para octubre
Desde esta reflexión previa, se enumeran las prioridades que la Iglesia en Europa propone a la Asamblea Sinodal que tendrá lugar en octubre de este año, y que continuará un año después, con un segundo encuentro en octubre de 2024:
- «Profundizar la práctica, la teología y la hermenéutica de la sinodalidad».
- Caminar hacia una Iglesia ministerial, reflexionando «sobre los carismas y los ministerios, ordenados y no ordenados, y las relaciones entre ellos».
- «Explorar formas para un ejercicio sinodal de la autoridad», acompañando a la comunidad y preservando la unidad.
- «Clarificar los criterios de discernimiento para el proceso sinodal y a qué nivel, desde el local al universal, se deben tomar las decisiones» sobre cada tipo de temas.
- «Tomar decisiones concretas y valientes sobre el papel de la mujer» y «su mayor implicación a todos los niveles, incluyendo los de toma de decisiones».
- «Considerar las tensiones en torno a la liturgia», para profundizar desde una perspectiva sinodal en «la Eucaristía como fuente de comunión».
- Promover una formación en sinodalidad para todo el pueblo de Dios, con «una atención específica» a discernir los signos de los tiempos.
- «Renovar el sentido vivo de la misión» superando la brecha entre fe y cultura para «una vez más llevar el Evangelio al corazón de la gente» en un lenguaje que conjugue «tradición y renovación pero que sobre todo pueda caminar con la gente en vez de hablar de ella o a ella».
En un saludo final, los obispos participantes celebran que la experiencia vivida en Praga, en «los momentos de oración compartidos y aún más en el trabajo de la asamblea han sido una experiencia profundamente espiritual y sinodal». También manifiestan su agradecimiento a «quienes han compartido sus experiencias francamente y con respeto a las distintas sensibilidades».