La Iglesia pide a la UE diálogo antes de recomendar evitar las celebraciones

Los obispos de Europa han exhortado a las instituciones europeas a consultar con las iglesias y comunidades religiosas antes de emitir recomendaciones que puedan afectar a cuestiones religiosas. En su reunión del 15 de diciembre, el Comité Permanente del Consejo de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) se ha mostrado crítico con cómo se ha elaborado y difundido la estrategia de la Comisión Europea Seguir seguros frente a la COVID-19 durante el invierno, publicada el 2 de diciembre.

El documento incluía la recomendación de «plantearse evitar las grandes celebraciones o de usar retransmisiones online, de televisión o radio» y «prohibir los cantos comunitarios». Los obispos se muestran comprensivos con la preocupación que subyace en esta recomendación y consideran positivo el esfuerzo de un abordaje de la pandemia coordinado y sostenible a nivel europeo. Pero «no podemos apoyar el método por el que las instituciones de la UE han optado» para ofrecer dichas orientaciones.

Las cuestiones a las que se refiere la estrategia, profundiza COMECE en un comunicado, afectan a una competencia exclusiva de los estados miembros: la relación entre ellos y las iglesias, en la que el artículo 17.1 del Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión Europea (TFEU) impide que la UE interfiera. Es, además, un tema que entra de lleno en el diálogo entre UE e Iglesia que este artículo regula.

En peligro los esfuerzos previos

«La falta de competencia europea debería ser razón de más para que las instituciones europeas implicaran a las autoridades religiosas cuando consideren recomendaciones no vinculantes sobre cuestiones relacionadas con las celebraciones religiosas, desde el respeto a la libertad de religión», ha afirmado el sacerdote español Manuel Barrios, secretario general de COMECE.

El Comité Permanente de COMECE recuerda también cómo, en el reciente mensaje de los presidentes de todas las conferencias episcopales europeas, estos subrayaron que «el respeto a la libertad religiosa de los creyentes», salvaguardando totalmente las indicaciones sanitarias, «es un elemento crucial para la Iglesia y muchos estados miembros».

Ahora, las últimas recomendaciones no vinculantes de la UE, continúa el comunicado, «podrían poner en peligro los esfuerzos llevados a cabo en los últimos meses por los estados miembros y las iglesias y comunidades religiosas locales para asegurar medidas de sanidad durante las celebraciones evitando violaciones de la libertad religiosa».