La iglesia de Valdavida: del desplome a la ruta del plateresco - Alfa y Omega

La iglesia de Valdavida: del desplome a la ruta del plateresco

El vecino leonés José Ramón de Poza ha luchado durante una década para salvar la iglesia y el retablo de su pueblo

José Calderero de Aldecoa
Con la restauración se descubrió que debajo de la bóveda lucía un artesonado mudéjar que ahora se ha dejado a la vista. Fotos: Cedidas por José Ramón de Poza

La Diputación de León acogió el pasado viernes la presentación oficial de la ruta de los retablos platerescos del este de León. Un ruta, además, promocionada por Las Edades del Hombre, que ha editado un libro al respecto que se está repartiendo en las cinco sedes que componen su vigesimoquinta edición. Pero nada de esto hubiera sido posible sin el tesón de José Ramón de Poza, vecino del pueblo leonés de Valdavida, que en 2013 decidió hacer algo para evitar el desplome de la parroquia de su pueblo.

«Había un runrún sobre el mal estado de la iglesia en general y del retablo en particular, pero somos un pueblo de tan solo 50 habitantes que ni siquiera tiene ayuntamiento propio [la localidad es una pedanía de Villaselán], por lo que, a priori, nos era imposible hacer nada», explica De Poza. Pero entonces «apareció un artículo en un blog de la zona en el que se hablaba de un restaurador que había realizado varios trabajos en los pueblos aledaños» y este vecino, que colabora en ese mismo blog, decidió ponerse en contacto con él.

«Él nos recomendó que acudiéramos a la prensa para que se empezara a hablar del retablo y de la iglesia», explica. Paralelamente, «nos pusimos en contacto con un montón de entidades para pedir financiación para la restauración», que se había presupuestado en más de 100.000 euros. Pero siempre obtuvieron un no por respuesta. «“Si fuera un Bien de Interés Cultural…”, nos decían». José Ramón de Poza no se daba por vencido. «Es la iglesia de nuestro pueblo, no la podíamos perder. Además, es el único patrimonio que tenemos, junto a 1.300 hectáreas de robledal y una ruta de manantiales».

El retablo estaba en tan mal estado que incluso se había curvado y se había vencido hacia su parte posterior.

Su suerte empezó a cambiar cuando se puso en contacto con Hispania Nostra, una asociación que vela por el patrimonio cultural y natural español y que se sensibilizó con el tema, ya que se trataba de una Iglesia de la que hay constancia desde el siglo XII, con un retablo plateresco del siglo XVI. La institución incluyó a la iglesia de San Julián y Santa Basilisa en la Lista Roja del Patrimonio, que elabora para poner el foco en bienes que están en riesgo de desaparecer. «A partir de ahí se empieza a mover la cosa porque siempre que se habla de patrimonio, por ejemplo en la Comisión de Cultura de la Junta de Castilla y León, sale a relucir la Lista Roja. Es un referente nacional».

El paso definitivo se dio cuando los vecinos de Valdavida crearon la Asociación Cultural Fonsagrada, que establece como una de sus actividades trabajar por la recuperación de la iglesia y del retablo. La asociación, en la que De Poza actúa de tesorero, logró en distintas reuniones que la diputación y la diócesis de León dieran luz verde al proyecto y se implicaran con un porcentaje importante de la financiación. «La tercera parte nos correspondía a nosotros y se consiguieron todo tipo de donativos de los vecinos –cada uno en la medida de sus posibilidades– y también se vendieron lotería, camisetas y un largo etcétera».

Entre todos terminaron consiguiendo el dinero. De esta forma, se cerraron las grietas del templo y el retablo fue restaurado. Asimismo, Hispania Nostra acaba de trasladar la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Valdavida de la Lista Roja del Patrimonio a la Lista Verde «al desaparecer el riesgo que presentaba», explican desde la asociación.

Para De Poza, sin embargo, no era suficiente. Habían recuperado su iglesia y ya podían celebrar en ella Misa sin temor a que se les viniera encima, pero no concebía que el resto del tiempo estuviera cerrada después de haber invertido toda esa cantidad de dinero. Así fue cómo se le ocurrió crear la ruta de retablos platerescos del este de León, que recorre los de diez iglesias de la zona. «Son los últimos que quedan en la diócesis. El resto de pueblos cambiaron los suyos por otros de movimientos artísticos posteriores».

Defensa del patrimonio

La Lista Roja del Patrimonio se creó en 2007 con el fin de alertar sobre aquel patrimonio en riesgo de desaparición. «Es una herramienta espontánea de la gente. Cualquiera nos puede mandar una solicitud para incluir un elemento patrimonial en la lista y nosotros se la remitimos a un comité científico». Si este decide su inclusión, «se hace una labor de difusión del estado del bien, lo que suele ser un revulsivo para que las distintas administraciones se movilicen para tratar de salvarlo», explica Bárbara Cordero, directora general de Hispania Nostra.

Así ha ocurrido con la Iglesia de Valdevida y «no podemos estar más contentos. Verdaderamente es el sentido que tiene una asociación como la nuestra, que defiende y promociona del riquísimo patrimonio cultural que tiene nuestro país».