«La hipocresía pone en peligro la unidad de la Iglesia»
El Papa ha advertido durante la catequesis de la audiencia general contra el «virus de la hipocresía», que es «particularmente detestable en la Iglesia»
El Papa Francisco ha dedicado la catequesis de la audiencia general de este miércoles 25 de agosto, la sexta en la que abunda en la carta de san Pablo a los gálatas, a advertir contra la hipocresía, porque pone «en peligro la unidad de la Iglesia».
Toda hipocresía es aborrecible, ha señalado el Santo Padre. Por ejemplo, «la que suele ocurrir en el lugar de trabajo» donde uno puede «aparecer como amigo de los compañeros» y luego «les da un golpe en la espalda para escalar posiciones». Pero «es particularmente detestable en la Iglesia», ha subrayado el Pontífice al mismo tiempo que ha lamentado de que «hay tantos cristianos y ministros hipócritas».
Quien tiene esta actitud «es una persona que finge, adula, engaña. Vive con una máscara en el rostro y no tiene le valor de enfrentarse a la verdad». Por eso, «no es capaz de amar verdaderamente», ha explicado el Papa. «Se limita a vivir del egoísmo y no tiene la valentía de mostrar con transparencia su corazón».
Frente a esta actitud, «no deberíamos olvidar nunca las palabras del Señor. “Que cuando decís sí sea sí, no, no, que lo que pasa de aquí viene del maligno”», ha parafraseado Francisco. «No tengamos miedo de ser verdaderos y de conformarnos con la verdad», ha añadido.
Asimismo, el Santo Padre ha invitado «a decir siempre la verdad en cualquier lugar y a pesar de todo» porque «en un ambiente en el que las relaciones interpersonales son vividas bajo la bandera del formalismo, se difunde fácilmente el virus de la hipocresía».
Mal ejemplo de Pedro
El Pontífice ha hecho estas reflexiones a la luz de la corrección que Pablo le hace a Pedro en la carta a los Gálatas. «Pedro se sentaba a la mesa con los cristianos venidos del paganismo», a pesar de que «sabía que transgredía la ley», porque él mismo afirma que «“Dios me ha mostrado que no hay que llamar profano e impuro a ningún hombre». Pero entonces llegaron a Jerusalén los cristianos venidos del judaísmo y el primero de los apóstoles deja de sentarse a la mesa con los cristianos venidos del paganismo «para no incurrir en las críticas de los primeros». Es decir, «estaba más atento a las críticas que a la realidad».
A los ojos de Pablo, «esto es grave, porque además Pedro era imitado por otros discípulos», ha advertido el Papa. «Sin quererlo, con esta forma de actuar, Pedro creaba una injusta división en la comunidad: “Yo soy puro… voy por esta línea… esto se puede hacer… esto no…”». «La observancia de la ley por parte de los cristianos llevaba a este comportamiento hipócrita, que el apóstol pretende combatir con fuerza y convicción», ha concluido. Estaba «en juego la relación entre la ley y la libertad».
Saludo a los atletas paralímpicos
Al finalizar la catequesis, el Papa ha querido despedirse recordando a los atletas que se encuentran ya disputando los Juegos Paralímpicos de Tokio. «Saludo a los atletas y les doy las gracias porque ofrecen a todos un testimonio de esperanza y coraje. De hecho, muestran cómo el compromiso con el deporte ayuda a superar dificultades aparentemente insuperables».
Los Juegos Paralímpicos de Tokio, que comenzaron el martes 24 de agosto, se prolongarán hasta el 5 de septiembre. Reúnen a 4.000 atletas de 133 países para competir en 22 disciplinas de forma adaptada a los diferentes tipos de discapacidad de los participantes.