La herencia de Shahbaz Bhatti, una fecha para reivindicar la libertad religiosa en Pakistán - Alfa y Omega

La herencia de Shahbaz Bhatti, una fecha para reivindicar la libertad religiosa en Pakistán

En 2021, 78 mujeres pertenecientes a comunidades religiosas minoritarias fueron secuestradas y convertidas al Islam por la fuerza

Redacción

Dos años antes de ser asesinado en un atentado el 2 de marzo de 2011 en Islamabad, el ministro católico Shahbaz Bhatti dejó un precioso legado de logros civiles y políticos que perviven en la sociedad de Pakistán, especialmente entre las minorías. Bhatti, conocedor de la historia de su país, además de estar sostenido por su fe, mantenía como ideal de vida el discurso del que está considerado padre de la patria paquistaní, Ali Jinnah, del 11 de agosto de 1947. En aquella intervención proclamó la igualdad de derechos para todos los ciudadanos, sin distinción étnica o religiosa: «Todos somos ciudadanos y ciudadanas iguales de un Estado. Ahora bien, creo que debemos mantenerlo como un ideal y comprender que, con el tiempo, los hindúes dejarán de ser hindúes y los musulmanes de ser musulmanes. No en un sentido religioso, porque se trata de la fe personal de cada individuo, sino en el sentido político de ciudadanos del Estado. Sois libres. Libres para ir a vuestros templos, vuestras mezquitas o cualquier otro lugar de culto en este estado de Pakistán. Se puede pertenecer a cualquier religión, casta o credo y esto no tiene nada que ver con los asuntos del Estado».

Esa fecha, grabada a fuego para Bhatti, hizo que el malogrado ministro estableciera que el 11 de agosto se celebraría la Jornada de las minorías en Pakistán que tiene lugar cada año desde 2009. Es una ocasión en la que los miembros de las minorías religiosas del país reivindican que son ciudadanos de pleno derecho, iguales ante la ley a todos los efectos.

Convertidas por la fuerza

Este año, según informa la Agencia Fides, la Jornada ha querido evidenciar que, en 2021, todavía 78 mujeres y adolescentes pertenecientes a comunidades religiosas minoritarias, -39 mujeres hindúes, 38 cristianas y 1 sikh-, fueron secuestradas y convertidas forzosamente al Islam. Con respecto al año anterior, los casos crecieron un 80%. Son los casos que ha podido documentar el Centro para la Justicia Social, una organización sin ánimo de lucro que monitoriza las violaciones contra los Derechos Humanos. Muchos otros casos, evidentemente, no se denuncian. Las conversiones forzadas son una práctica más habitual de lo que parece y ponen de manifiesto la falta de garantías legales para proteger a las minorías en Pakistán porque muchos de estos delitos quedan impunes.

En declaraciones a la Agencia Fides, el activista Peter Jacob, que dirige este Centro para la Justicia Social, denuncia que precisamente «la inacción del gobierno alienta a los perpetradores a servirse de su fe para encubrir los crímenes contra las mujeres pertenecientes a minorías. Los miembros de la comunidad de minorías religiosas, débiles y pobres son incapaces de defenderse para obtener justicia». Destaca además que son necesarios «programas de sensibilización y educación para hacer crecer la conciencia de la condición de vulnerabilidad y marginación de las minorías en la sociedad paquistaní». Y sentencia: «Seguiremos alzando la voz hasta que el Estado promueva la justicia y el pueblo pakistaní tome conciencia de lo que sucede».