«La fe, sin la razón, no sirve; la razón, sin la fe, tampoco» - Alfa y Omega

«La fe, sin la razón, no sirve; la razón, sin la fe, tampoco»

Cerca de 200 profesores universitarios, entre ellos algunos decanos y rectores de universidades públicas y privadas, se reunieron, la pasada semana, con el cardenal Rouco, en el encuentro que la Pastoral Universitaria de Madrid celebra cada año, a final de curso. En esta ocasión, el cardenal exhortó a los docentes de la Enseñanza Superior a defender, con argumentos, cómo la fe y la razón se necesitan e iluminan la una a la otra

Redacción
En las fotografías dos momentos de la intervención del cardenal, ante casi 200 profesores, junto al Delegado de Pastoral Universitaria.

El tradicional Encuentro de fin de curso que el cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, tiene con los profesores universitarios al acabar el año académico expresa bien el interés de la Iglesia por el mundo universitario, y por tantas personas que, con su buen hacer docente, en la investigación y en el servicio, hacen posible la mejora permanente de una realidad tan decisiva para el bien común como es la universidad. Este año, el Encuentro tuvo lugar en el Colegio Mayor Mendel, y comenzó con la celebración de la Santa Misa, en la que participaron un muy nutrido grupo de profesores. El cardenal Rouco recordó en la homilía la exigencia de rigor moral en el trabajo docente y reclamó la responsabilidad de los cristianos en las tareas de la vida pública con una interpeladora pregunta: «Si no cumplimos los mandamientos de Dios, ¿vamos a cumplir los de los hombres?». En su intervención posterior, en el Salón de actos, el cardenal Rouco recordó cómo el fracaso del ideal europeo se debe, en gran medida, al fracaso de la conciencia cristiana. La inicial ilusión europea decayó con la desilusión del Mayo del 68, cuando comenzó a fraguarse una división europea mucho peor que la del Muro de Berlín y la del Telón de Acero: la de quienes creen en Dios y la de quienes viven como si Dios no existiera. «La fe no le tiene miedo a la razón, sino todo lo contrario», dijo. «La fe, sin la razón, no funciona; pero la razón, sin la fe, tampoco».

El problema de Europa

Según explicó el cardenal, el problema de Europa sigue vivo y abierto, con unos lastres evidentes: el hundimiento demográfico de hace treinta años que se perpetúa; el desprecio a la vida humana –«¿Si una cría de chimpancé sana vale más que un niño mal formado, cómo vamos a construir un orden político mínimamente defendible?»–, y la pérdida del sentido de la verdadera solidaridad. Lo puramente economicista no construye Europa. La cuestión social, como dijo Benedicto XVI, se ha convertido en una cuestión antropológica; la concepción del matrimonio y de la familia se ha convertido en un problema global, no sólo para los católicos, sino para todas las religiones. Hay una globalización de la increencia.

Concluyó su intervención agradeciendo su buen trabajo a los profesores universitarios y convocando a la Misión Madrid, que tendrá el próximo curso dos frentes: uno de carácter escolar y otro, fundamentalmente misionero, a través de las parroquias.

Capillas vivas, al servicio de la Universidad y de la sociedad

La más rica presencia de la Iglesia en la universidad es la de los bautizados, que son una inmensa mayoría. Ellos, con su vida santa, están llamados a iluminar este importante areópago cultural. Es normal que la Iglesia se preocupe de cuidar y acrecentar su fe y de estimular su caridad. Éste es el fin primordial de la Pastoral Universitaria.

En este sentido, la importancia de la red de capillas en los campus es de primer orden, pues ofrecen un servicio pastoral y religioso mucho más solicitado de lo que con frecuencia se cree.

Nuestras capillas están vivas. En ellas se celebra diariamente la Santa Misa y se ofrecen los sacramentos, que son fuente de serenidad y equilibrio personal. Más de 2.000 universitarios asisten en ellas a las celebraciones religiosas, o visitan sencillamente el espacio sagrado. En alguna de las capillas, la asistencia de fieles es prácticamente permanente durante el horario académico.

Las capillas de las Facultades universitarias prestan también un servicio de caridad y de solidaridad, sobre todo a través de Cáritas universitaria. Muchos universitarios participan, por ejemplo, en proyectos de apoyo y de refuerzo escolar en barrios pobres, ayudan en comedores sociales o reparten bocadillos y sopa caliente a los sin techo, durante los meses de frío, por las calles de Madrid.

De esta manera, y a través de la propuesta que encuentran en la Pastoral Universitaria, estos jóvenes sacan lo mejor de sí mismos y prestan una ayuda concreta y, con frecuencia, urgente.

Feliciano Rodríguez
Delegado de Pastoral Universitaria de la archidiócesis de Madrid