La familia en España es «mucho más débil» que hace 45 años
El informe Constitución y familia. Un principio fallido, elaborado por CEU-CEFAS, analiza el desfase entre cómo menciona a la familia la Constitución española y cómo la han tratado efectivamente los poderes públicos
Según el informe Constitución y familia. Un principio fallido, elaborado por el Centro de Estudios, Formación y Análisis Social (CEU-CEFAS), en diversas cuestiones clave el Estado no protege a las familias, contraviniendo lo que establece al respecto la Constitución de 1978. La familia en España es ahora mucho más débil que con anterioridad a la etapa constitucional, constata el estudio. Lo es tanto por la baja nupcialidad como por la alta divorcialidad, así como por la baja tasa de fecundidad.
Todo ello, además, lleva a un empobrecimiento afectivo y a altas tasas de soledad en la infancia, por falta de hermanos y muchas veces de uno de los progenitores en el hogar, generalmente el padre. Esta soledad se extiende asimismo a la edad adulta y la vejez, por el cada vez es mayor número de personas que no conviven con una pareja estable y/o no tienen hijos.
En cuanto al divorcio en España, la tasa de fragilidad matrimonial (número de divorcios por cada 100 bodas) ha superado el 60 % en 13 de los últimos 18 años. Con estas pautas de ruptura conyugal, al menos el 50 % de los matrimonios realizados en España se acabarán separando. Desde comienzos de los años 80, se han roto unos tres millones de matrimonios legales. Fruto de ello, de 3,5 a 4 millones de niños y jóvenes se han visto afectados directamente por la separación de sus padres. Esto produce daños afectivos e incrementa el riesgo de necesitar tratamiento mental-emocional, así como de posibles perjuicios en el campo educativo, y por ende, en su futuro éxito profesional y nivel de vida como adultos, según CEU-CEFAS.
Las familias y su patrimonio sufren una presión fiscal efectiva que duplica la previa a la Transición, incluyendo impuestos confiscatorios, en gran parte por claros despilfarros, ineficiencias e inequidades regionales en el gasto público. De 1978 a 2023 ha habido un paro medio del 17 %, muchísimo más que antes de la Constitución. En relación a la renta media disponible, comprar una vivienda es mucho más costoso que hace 45 o 50 años. La deuda pública actual, resultado de sucesivos déficits fiscales, hipoteca a cada familia con más de un año completo de su renta. Así, a mediados de los años 70, en promedio, los españoles pagaban, entre impuestos directos e indirectos de todo tipo, incluidas las cotizaciones a la Seguridad Social, un 20% o poco más, en total, de lo que ganaban; ahora, acaban pagando de media del 40 % al 45 %.
Aún más importante para la sostenibilidad futura de la sociedad y el bienestar afectivo de los españoles, y muy ligado a la caída de la nupcialidad y la alta divorcialidad, es que el número medio de hijos por mujer ha caído en más de un 50 % desde 1976, cuando comenzó la Transición. Desde 1981, la fecundidad en España, medida en hijos por mujer, es inferior a 2,1, el llamado nivel de reemplazo, que asegura que haya relevo generacional. Entre 1979 y 2022, su valor medio fue de 1,40. En consecuencia, cada nueva generación de españoles es un tercio menos numerosa que la anterior. Peor todavía, desde hace varios años es inferior a 1,2 hijos por mujer, lo que entraña que cada nueva generación de españoles será en torno a un 45 % menos numerosa que la anterior.
La sociedad española está envejeciendo de manera acelerada por falta de niños y savia joven, destaca el informe de CEU-CEFAS. Desde hace más de diez años, en España el número de nacimientos es menor que el de defunciones, y por un margen creciente, de más de 100.000 al año en total en la actualidad, y de unos 200.000 para los españoles de contexto sociocultural español.