La ecología entra en las iglesias por el techo
Los obispos españoles han propuesto incluir la ecología en la catequesis de los niños y trece parroquias de Madrid instalarán paneles solares en sus cubiertas para abaratar sus facturas y las de los vecinos
La Iglesia española ha dado un paso más para ayudar a los fieles a superar la visión de la ecología como una cuestión exclusivamente de supervivencia, en la que nos debemos involucrar solo por «urgencia planetaria». En su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación —que se celebró el 1 de septiembre—, inserta en el Tiempo de la Creación que culminará en octubre, los obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la Promoción Humana presentan «la conversión ecológica» como un «camino de plenitud, felicidad y sentido».
De acuerdo a este planteamiento, el texto de la CEE hace un llamamiento a las comunidades cristianas para que incluyan la conciencia ecológica en los procesos catequéticos de los niños y jóvenes. Una petición que justifican al ser «el cuidado de la creación un elemento central en la formación cristiana, sin ninguna duda». El objetivo es formar a los niños para que puedan tener el «conocimiento y la sensibilidad» suficientes para afrontar las circunstancias históricas en las que van a crecer como personas.
Según Fernando Fuentes, director del departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal, «hay que tener en cuenta no solo el contexto social en el que nos encontramos», que destaca por la amenaza ambiental y sus implicaciones socioculturales, «sino también el momento eclesial», en el que tenemos a un Papa cuyo magisterio está jalonado de documentos sobre el cuidado de la creación, subraya en entrevista con Alfa y Omega. De hecho, Francisco está escribiendo ya la segunda parte de la encíclica Laudato si, que verá la luz el 4 de octubre. En este contexto, tanto el Pontífice como el mensaje de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social subrayan la necesidad de poner en marcha diferentes proyectos que sean «respetuosos con la preciosa obra de Dios que nos rodea», parafrasea Fuentes.
En este sentido, destaca el convenio de colaboración firmado entre el Arzobispado de Madrid e Iberdrola para la creación de trece comunidades solares en diferentes puntos de la comunidad autónoma. Una iniciativa con la que se calcula que se pueda beneficiar a más de 1.100 familias, quienes reducirían su factura de la luz un 40 % y accederían al autoconsumo renovable sin necesidad de contar con una instalación propia ni de realizar ningún tipo de inversión.
El encargado de suscribir el acuerdo por parte del Arzobispado de Madrid fue José Luis Bravo, ecónomo diocesano, que explica a Alfa y Omega el desarrollo del proyecto: «Lo que se va a hacer es instalar placas solares en trece parroquias, en sus cubiertas, y la energía que se saque de ellas se utilizará para abaratar las facturas del propio templo y de los vecinos de alrededor».
En la actualidad el proyecto se encuentra en fase de estudio. Los técnicos de la empresa ya han visitado la mayoría de los puntos de instalación y están elaborando un informe dependiendo de las posibilidades de cada uno. Las previsiones, según reveló la archidiócesis, es que se puedan colocar más de 1.700 paneles con una potencia conjunta superior a los 800 kilovatios. La producción anual se espera que supere los 1.000 MWh, lo que evitará la emisión de más de 5.800 toneladas de CO2 a la atmósfera en los próximos 30 años. Para Bravo, si se lograran los datos planteados «estaríamos dando cumplimiento al primero de los objetivos» por los que se firmó el acuerdo, que era «utilizar energías limpias para contribuir a hacer un mundo más sostenible y secundar así la propuesta del Papa sobre el cuidado de la casa común». La segunda idea que llevó a la Iglesia en Madrid a sellar el convenio fue el hecho de que con estas comunidades solares no se iban a beneficiar solo las parroquias, sino también muchos de los vecinos del entorno, sean o no creyentes. Por último, el ecónomo confiesa que también pesó el hecho de que ante la última subida en la factura muchas parroquias no podían pagar la luz. «Hay que tener en cuenta que suelen ser inmuebles muy grandes y la energía eléctrica ha incrementado mucho su precio», concluye Bravo.