La diócesis de Almería acogerá un Lignum Crucis comprado casualmente por internet
Un vecino compró esta reliquia por azar y a partir del 3 de mayo se podrá visitar en la parroquia de San Sebastián
Cuando el almeriense Eduardo López estaba buceando por internet buscando antigüedades no esperaba encontrarse con semejante sorpresa. Concretamente quería una cruz para un Cristo que tenía y, entre todas las opciones, hubo una de ellas que le llamó especialmente la atención por sus dimensiones y porque las puntas terminaban en flor de lis. Se trataba ni más ni menos que de una reliquia de un Lignum Crucis, «en cuyo pedestal había un documento de autenticidad en latín, donde un cardenal francés certificaba que dentro de un relicario de plata se encontraban dos astillas de la verdadera cruz de Cristo», explica López en una nota distribuida por la Junta de Andalucía.
Por su parte, Eduardo López ha visitado este miércoles a diversos representantes de la Junta de Andalucía y les ha presentado la reliquia de la Vera Cruz. En la reunión, su delegada, Aránzazu Martín, ha agradecido el gesto de estos almerienses al darle a conocer a ella y a parte del equipo este hallazgo. También les ha dado la enhorabuena «por haber contribuido a avanzar en la historia del Lignum Crucis y por haber pensado en la parroquia de San Sebastián como lugar de culto».
Este año la reliquia celebra su centenario ya que, además de poner el lacre personal del cardenal dentro del relicario, fue firmada en 1924 por su vicario general H. Gayet. Por eso, a partir del 3 de mayo la parroquia de San Sebastián de Almería acogerá esta sorprendente reliquia para que, tanto locales como personas de otras procedencias puedan disfrutar de ella.
En la actualidad se encuentran repartidos por el mundo un número impreciso de Lignum Crucis, que son fragmentos de la cruz de Cristo. Concretamente en España se conservan alrededor de veinte. Por ejemplo, en la catedral de Zaragoza aterrizaba en marzo la Vera Cruz de Caspe, documentado en el año 326 y es el tercer fragmento más grande del mundo. Siendo la segunda la conservada en Notre Dame en París y la mayor del mundo la que se encuentra el monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria, que mide 63 por 39 centímetros.