La dignidad humana, pisoteada en Ucrania

Bucha se ha convertido en el más claro ejemplo del horror de la invasión rusa y del sinsentido provocado por el nacionalismo. En esta pequeña ciudad cercana a Kiev, recientemente liberada, se han producido asesinatos en masa de civiles y se ha pisoteado la dignidad humana. La propaganda del Kremlin no puede tapar las imágenes de los cadáveres en las calles ni silenciar los desgarradores testimonios de los supervivientes. La sociedad internacional no puede mirar para otro lado y ha de actuar frente a Putin.

Como lamentó el Papa en su encuentro con autoridades en Malta «es triste» ver que «el entusiasmo por la paz» surgido tras la Segunda Guerra Mundial se ha apagado en las últimas décadas y cómo, en la escena internacional, algunos «siguen adelante por cuenta propia, buscando espacios y zonas de influencia». Frente al «infantilismo» que se ve en «las seducciones de la autocracia», «los nuevos imperialismos», «la agresividad generalizada» o «la incapacidad de tender puentes», Francisco alentó a escuchar el anhelo de paz de la gente corriente y, citando al democristiano Giorgio La Pira, pidió volver a usar la «medida humana». Es la única posible.