La confesión pública de un exmafioso - Alfa y Omega

La confesión pública de un exmafioso

Luigi Bonaventura tiene un pasado criminal dentro la ‘Ndrangheta, la mafia más poderosa de Europa. Hace 14 años decidió cambiar de vida y colaborar con la justicia. Ahora se confiesa en un libro-entrevista escrito por un cura italiano

Victoria Isabel Cardiel C.
Bonaventura y el sacerdote Benito Giorgetta se conocieron en el centro Iktus, que acoge a presos en libertad condicional. Foto cedida por Benito Giorgetta.

Luigi Bonaventura creció mamando la crueldad propia de su tradición familiar. Fue –como él mismo se define– un «niño soldado» al que ordenaban matar animales a golpes para que se acostumbrara a la sangre y a la dureza. Su abuelo, Luigi Vrenna, era un jefe despiadado de la ‘Ndrangheta, la mafia más sanguinaria y poderosa de Europa. Se calcula que actualmente maneja unos 43.000 millones de euros en negocios ilegales y tiene filiales en todo el mundo.

En el ritual de Bonaventura de iniciación para una vida marcada por la violencia no faltaron las armas. El primer disparo llegó con 10 años. El primer asesinato, con 20. Así hasta completar una lista de crímenes infinita: homicidios, extorsiones, secuestros, tráfico de drogas… Había heredado la cultura mafiosa, pero un día algo cambió en su interior. Llevaba tiempo cuestionándose en quién se había convertido. La culpa le atormentaba. Había nacido su segundo hijo y quería darle un futuro mejor del que él había tenido. Con 35 años dio el paso definitivo, apoyado por su esposa, para romper con su pasado y comenzar a estar del lado de la ley. Su padre lo supo y le tendió una trampa. Le invitó a cenar e intentó asesinarle. Pero él disparó más rápido: le hirió en la ingle y consiguió escapar. Así de despiadado es el código mafioso de la ‘Ndrangheta. Sangre y honor. Si traicionas a esta hermética organización criminal será tu propia familia quien prepare tu muerte.

Desde aquel día, hace ya 14 años, Bonaventura es un pentito (arrepentido de la mafia) y vive escondido, con el miedo instalado en el cuerpo por si pueden descubrirle. Sus declaraciones han dado un empujón a las investigaciones de 15 fiscalías italianas. Ha pasado diez años en prisión pagando por sus delitos y ahora, además de ser un colaborador de la justicia italiana, se dedica a realizar proyectos educativos para evitar que los jóvenes caigan en las garras de la mafia. También ha fundado una asociación para mejorar el sistema de protección de los informantes.

140 clanes

La ‘Ndrangheta –palabra calabresa derivada del griego andragathos, que significa hombre valiente– se rige por lazos familiares y vínculos de sangre. Es impermeable a las infiltraciones policiales y los arrepentidos son solo una excepción. La ‘Ndrangheta está organizada en unas 140 ‘ndrine, clanes en el argot calabrés, de las que solo unas 20 operan en el sur de la península y otras diez en el centro y norte de Italia. Las restantes se han extendido por el mundo: unos 20 clanes están instalados en Australia, otros 15 en Colombia y al menos diez en Alemania. En España se han localizado sus huellas principalmente en la costa mediterránea.

«Ha sido capaz de mirar de frente a sus errores. Se ha humillado y desde ese altar de la fragilidad, ha entendido que no podía salvarse solo. Se ha abierto a la lógica del Evangelio y a la misericordia de Dios, que no tiene límites», explica el sacerdote italiano Benito Giorgetta en el libro Passiamo all’altra riva (Vamos a la otra orilla), edición personal donde entrevista a Luigi Bonaventura. Este le confiesa su trayectoria criminal y la redención tras cambiar de vida. De hecho, el título del libro –del que el Papa Francisco ha escrito el prólogo– remite al pasaje del Evangelio en el que Jesús dice a sus discípulos: «Pasemos a la otra orilla».

Este libro abre un rayo de esperanza incluso frente al mal absoluto: «Ha ganado el bien. Para Luigi fue un acto radical porque implicó cortar con sus raíces. Le nació del corazón, pero no fue fácil. Se intentó suicidar varias veces. Era un esclavo de sí mismo y ahora es libre», incide el sacerdote.

Giorgetta es párroco en Termoli, una ciudad de la región de Molise, en el centro de Italia, y es el responsable del centro Iktus, que acoge a presos en libertad condicional o con un régimen de semilibertad que descuentan la pena con servicios sociales para la comunidad. Allí conoció a Bonaventura y con el tiempo se ganó su confianza. Un cura y un exmafioso unidos por la amistad. «La maldad no afecta solo a quien la recibe, también invade hasta el último músculo de quien la crea», señala Giorgetta.

A finales de enero arrancó un macroproceso contra 355 imputados de la ‘Ndrangueta en un aula búnker habilitada para la ocasión en la ciudad de Lamezia Terme, en la región de Calabria. Un golpe judicial al crimen en su territorio. Entre los acusados hay también abogados, empresarios y políticos. Mafiosos y sus cómplices. Muchos eran amigos o parientes de Bonaventura, que tendrá que subir al estrado para declarar contra ellos.

Passiamo all’altra riva
Autor:

Benito Giorgetta

Editorial:

Youcanprint

Año de publicación:

2022

Páginas:

194

Precio:

17 €