La comunidad Shalom, a punto de cumplir un año en Granada. Gracias a la JMJ, y para los jóvenes - Alfa y Omega

La comunidad Shalom, a punto de cumplir un año en Granada. Gracias a la JMJ, y para los jóvenes

Antes de la JMJ de Madrid, la comunidad brasileña Shalom colaboró con los Días en las Diócesis, organizando algunas actividades en Granada. Ahora, a petición de su arzobispo, han fundado allí su primera comunidad en España. «Tenemos una especial preocupación por presentar el amor de Dios a los jóvenes», explican

María Martínez López
Un miembro de ‘Shalom’, con el arzobispo, en la celebración de su ‘promesa’.

Poco después de que Chemin neuf aterrizara en Zaragoza, otra comunidad similar se instaló en Granada. Se trata de Shalom, una nueva realidad eclesial nacida en Brasil y que está presente en 20 países. Pero, en este caso, fue el obispo quien les llamó. Y fue gracias a la JMJ de Madrid. «Monseñor Javier Martínez nos conocía del Consejo Pontificio para los Laicos. Durante los Días en las Diócesis previos a la JMJ de Madrid, un grupo de la comunidad estuvo en Granada, y organizamos conciertos y actividades. Se estrechó la relación, y el arzobispo sintió el deseo de que viniéramos aquí. Quería una iniciativa como la nuestra para trabajar con los jóvenes, porque tenemos una especial preocupación por llegar a ellos y presentarles el amor de Dios», y que así ellos lo lleven a los demás. «En 2012 -explica Erika Ferreira, su portavoz en España-, don Javier estuvo con nosotros en la celebración de los 30 años de Shalom, en Roma, y ese julio visitó nuestra sede en Brasil y estuvo en el festival Aleluya, que organizamos cada año».

Cinco miembros de Shalom -tres mujeres y dos hombres- llegaron a Granada en enero pasado. De momento, se alojan en el Seminario Mayor, y la diócesis les sostiene económicamente hasta que ellos puedan vivir de las donaciones y la Providencia. El curso pasado, lo dedicaron, sobre todo, a aprender el idioma y conocer la diócesis. Y al poco de llegar, tuvieron la alegría de poder celebrar, en este nuevo lugar, las promesas como miembros de la comunidad de dos de los recién llegados.

Todo empezó con una pizzería

Con el nuevo curso, ya se han puesto en marcha. «Aportamos lo que podemos de nuestra espiritualidad carismática, como la oración y la música». Todos los jueves, organizan una adoración nocturna de dos horas, en la iglesia de las monjas capuchinas, a la que también invitan a pasar a los viandantes. «También colaboramos con la Delegación de Juventud y la de Pastoral Universitaria, y damos testimonios en colegios y grupos de confirmación. La gente reacciona muy bien, nos piden ideas, y nos hemos sentido muy acogidos».

Su especial preocupación por los jóvenes viene desde su fundador, Moyses Azevedo. «Él mismo era un joven común y corriente, cuando le eligieron para hacer un regalo al Papa Juan Pablo II», durante su visita a Brasil en 1980. «Se puso en oración para saber qué darle, y Dios le inspiró ofrecer su vida por la evangelización de los jóvenes. Dos años después, él y un grupo pusieron en marcha una pizzería para evangelizar, en la que el ambiente era cristiano y había una capilla con el Santísimo y ratos de oración. Estos jóvenes sintieron la llamada a vivir en comunidad, y en 1985 fueron las primeras promesas». Como Chemin neuf, tienen comunidades de vida -viven en comunidad- y comunidades de alianza -la gente sigue viviendo en su casa y trabajando, aunque también pueden hacer misión durante un tiempo-, y en los dos tipos hay gente de todos los estados de vida.