La comisión que estudia los abusos en la Iglesia portuguesa recibe 290 casos en tres meses - Alfa y Omega

La comisión que estudia los abusos en la Iglesia portuguesa recibe 290 casos en tres meses

El coordinador, Pedro Strecht, denuncia que hay obispos que han encubierto casos y abusadores que siguen en activo

Redacción
La comisión portuguesa presenta su balance tras tres meses de trabajo. Foto: EFE.

La comisión que investiga los abusos sexuales en el seno de la Iglesia en Portugal ha hecho balance de los tres meses de trabajo, durante los que ha documentado un total de 290, que, según el coordinador, Pedro Strecht, son «la punta del iceberg».

De todas las denuncias, solo 16 han llegado a la justicia porque, en su mayoría, los delitos han prescrito, las víctimas prefieren mantener el anonimato o no identifican a su agresor. Son denuncias, precisa la comisión, que incluyen desde mensajes obscenos a tocamientos, abusos y violaciones, cometidas a menores de entre 2 y 17 años, desde 1950 hasta la fecha. Entre las víctimas hay más hombres que mujeres, «de todos los niveles de instrucción y de todo el país», recoge la comisión.

¿Podrá la Iglesia católica compensar este daño? «Claramente nunca se puede compensar», admite Strecht en conversación con EFE tras la presentación del informe. Las víctimas, continúa, «esperan un reconocimiento, un pedido de disculpas por lo que sufrieron».

La mayoría sabe que los delitos prescribieron y que sus agresores no serán juzgados: «Muchos saben que ya no hay tiempo para eso, pero dan su testimonio para que no ocurra en el futuro, para desahogarse». Es, dice este psiquiatra infantil, «como una reconstrucción moral de la propia dignidad humana».

Un indicio de lo ocurrido

Los datos recopilados son apenas un indicio de lo ocurrido en Portugal. «Son muchas más las situaciones que nunca llegaremos a saber de las que ya sabemos», explica Strecht. Las dificultades para conocer la verdad, explica, tienen que ver «con el miedo, la vergüenza y la culpa» que hicieron sentir a las víctimas, que no fueron «escuchadas ni valoradas».

El perfil del abusador en Portugal se asemeja al modelo de países vecinos. Más hombres que mujeres, en su mayoría sacerdote, y de entre 20 y 30 o de 50 a 60 años.

Ante las denuncias de abusos, la respuesta también se replica. La Iglesia solía trasladar al agresor. Strecht no titubea cuando denuncia el «encubrimiento» de la Iglesia sobre los abusos. «Algunos obispos portugueses han participado en este encubrimiento», reconoce, aunque evita dar nombres. También hay abusadores que siguen en activo dentro de la Iglesia y «están denunciados», asegura.

Resistencias

La comisión ha contactado con los 21 obispos portugueses para recabar información. Cinco ni siquiera han respondido. Doce han aceptado ya entrevistarse con los expertos.

«En un reciente intercambio con colegas alemanes percibí que las resistencias que se encuentran son muy próximas, hay personas con más apertura y que siguen más la posición del actual Papa, pero hay otras más conservadoras, cerradas y que no ven con buenos ojos esta apertura», agrega.

Strecht, que colabora en la auditoría que está realizando Cremades & Calvo-Sotelo en España, se confiesa un «optimista irritante» y confía en que las investigaciones «abran un poco las puertas» y contribuyan a cambiar la mentalidad, no solo en la Iglesia sino en la sociedad.

Y añade un dato más. La mayoría de las víctimas se han mantenido fieles a la Iglesia: «Distinguen la parte del todo».