La CEE da la «bienvenida» al nuevo Reglamento de Extranjería, pero lo ve «insuficiente»
El director del departamento de Migraciones de la CEE ha recordado que el nuevo Reglamento deja fuera a muchas personas y ha asegurado que seguirán apoyando la ILP para la regularización de medio millón de personas migrantes
El director del departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Fernando Redondo, ha asegurado que valoran y dan la «bienvenida» al nuevo Reglamento de la Ley de Extranjería que el Gobierno aprobó el pasado martes en el Consejo de Ministros, aunque lo ven «insuficiente» ya que deja fuera a un nutrido grupo de personas.
«Habría un grupo significativo de personas migrantes que no se beneficiarían con esta reforma del Reglamento de la Ley de Extranjería, las personas indocumentadas. Cáritas tiene registradas más de 75.000 personas en esta situación, podemos pensar que hay muchas más», ha indicado Redondo durante un encuentro con la prensa este miércoles para hablar del proyecto Hospitalidad Atlántica.
De esta forma, el director ha reiterado que seguirán apoyando la aprobación de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la regularización de medio millón de personas migrantes. «Valoramos que algunas cosas como el hecho de rebajar de 3 a 2 años el tiempo para poder iniciar los procesos de regularización, y parece que quieren disminuir la burocracia para que no se tarde tanto en dar respuesta a los expedientes. Pero nosotros seguimos apoyando que se apruebe la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la regularización de personas migrantes», ha añadido.
Por otro lado, Fernando Redondo ha rechazado la idea de que esta propuesta del Ejecutivo favorezca el «efecto llamada» y ha asegurado que hay que darle a las personas migrantes que llegan a España la «posibilidad de regularizarse». De lo contrario surgen problemas. En este sentido, ha puesto de ejemplo los asentamientos de temporeros en la zona de Almería, donde los migrantes viven en una «situación infrahumana».
El propio director lo pudo comprobar de primera mano cuando visitó dos asentamientos donde vivían cerca de 900 personas. «No son personas que estén en la calle, no son delincuentes como a veces se dice, son personas que trabajan todo el día en estos invernaderos». De hecho, «yo mismo he estado en Bangladesh y 15 años en Brasil y allí no he visto la situación que me encontré en Almería», ha lamentado Redondo.
«Solo tenían un punto de agua y el delegado de migraciones de Almería me decía que al salir del trabajo las colas eran enormes para poder lavarse o beber». También había problemas con el fuego, porque «las chabolas estaban enganchadas de forma muy precaria a la luz. De hecho, ya se habían producido varios incendios», ha concluido el director.