En la encíclica Spe salvi Benedicto XVI recuerda que el cristianismo ni fue en su origen ni es en la actualidad una «comunicación de cosas que se pueden saber», es decir, que «el mensaje cristiano no era solo “informativo”, sino “performativo”…». Esto significa que aquello que trasmite el mensaje evangélico es «una comunicación que comporta hechos y cambia la vida».
Me ha parecido muy importante recordar esto al hablar sobre El patrimonio espiritual de J. Ratzinger-Benedicto XVI, porque lo que en este libro podemos encontrar no es únicamente información sobre el pensamiento del Papa emérito, ni un pormenorizado análisis de su teología, o la transmisión de sus ideas sobre determinadas cuestiones. El patrimonio espiritual que Joseph Ratzinger / Benedicto XVI nos lega es mucho más que un conjunto de ideas o un pensamiento teológico. En estas páginas encontramos sintetizada la enseñanza de un Papa que, en palabras de Francisco, «ha enriquecido y fortalecido a la Iglesia con su magisterio, su bondad, su dirección, su fe, su humildad y su mansedumbre».
Peter Seewald en su última biografía sobre Benedicto XVI establece un hermoso paralelismo entre el Papa alemán y san Agustín. Aquí recoge unas palabras pronunciadas por Ratzinger sobre el santo obispo de Hipona que, creo, también explican muy bien quién es Benedicto XVI: «Una persona animada por el inagotable deseo de encontrar la verdad, de descubrir qué es la vida, de saber cómo debe vivir uno».
A través de estas páginas podemos recorrer el amplio y rico mundo teológico del Papa emérito resumido en cuestiones relativas a la fe, a la Iglesia, al primado, a la evangelización, al amor humano… gracias a la labor de distintos autores, todos ellos teólogos e investigadores provenientes de Alemania, Brasil, Italia y España. Y todo ello sostenido, como afirman los dos coordinadores de este trabajo, en la caridad y la verdad, «dos pilares del pensamiento y del magisterio de Joseph Ratzinger / Benedicto XVI».
La búsqueda de la verdad y su comprensión es lo que ha dado y da razón de ser a todo el patrimonio espiritual de Benedicto XVI, pero esta búsqueda no se realiza de forma abstracta, sino que pretende dar respuestas, encontrar el sentido de la propia vida. Y para que esto pueda ser así, la verdad debe ir siempre unida a la caridad. Es por ello por lo que, como el propio Papa escribe en Caritas in veritate, «defender la verdad, proponerla con humildad y convicción, y testimoniarla en la vida, son formas exigentes e insustituibles de caridad».
Ratzinger / Benedicto XVI nos enseña que la teología debe llevar al encuentro con Cristo, y que el teólogo es sobre todo alguien que quiere mostrar la sencillez de la fe porque, como él mismo decía en el libro entrevista Luz del mundo: «¿Qué es lo que importa? ¿Qué es lo auténtico, lo que sustenta? Ver lo sencillo, eso es lo que importa».
Ratzinger / Benedicto XVI no es un simple intelectual, alguien que, enfrascado en los libros como ratón de biblioteca –así lo llamaban en el seminario– vive al margen de la realidad. Y quizás por eso, él mismo, siendo ya Papa, advertía a sus antiguos discípulos «sobre la intelectualización de la fe y de la teología. Es un temor que tengo en este tiempo cuando leo tantas cosas inteligentes: que se transforme en un juego del intelecto en el cual “nos pasamos la pelota”, en el cual todo es solamente un mundo intelectual que no compenetra ni forma nuestra vida, y que por lo tanto no nos introduce en la verdad».
G. Hohemberger y R. A. de Assunçáo (coord.)
BAC
2021
336
32,89 €