La «capelinha española» intenta escapar de la ruina - Alfa y Omega

La «capelinha española» intenta escapar de la ruina

Sor Lucía recibió la última parte del mensaje de Fátima en el santuario de las Apariciones de Pontevedra. Cerrado durante un tiempo, el recinto está siendo restaurado y ya vuelve a acoger a peregrinos

Clara Fernández
Capilla de la primera planta, a la espera de acabar la principal. Foto cedida por el santuario de las Apariciones.

En pleno casco histórico de la localidad de Pontevedra, en Galicia, se encuentra el santuario del Inmaculado Corazón de María, conocido como el santuario de las Apariciones. A pesar de estar estrechamente vinculado al de Fátima, es un gran desconocido para muchos, incluso para los propios pontevedreses.

En 1921, tras la muerte de dos de los tres videntes de Fátima, Francisco y Jacinta, su prima Lucía abandonó la región portuguesa. Con 14 años entró en un colegio de la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea, cerca de Oporto. Y en 1925 ingresó como novicia de esta misma congregación en su casa de Pontevedra, donde se encuentra actualmente el santuario.

El Inmaculado Corazón de María presente en la capilla del recinto. Foto cedida por el santuario de las Apariciones.

Fue allí, en su celda de la segunda planta del edificio, donde Nuestra Señora de Fátima se le volvió a aparecer el 10 de diciembre de ese mismo año. Ocho años atrás, en julio de 1917, la Virgen le había prometido volver y cumplió su palabra. En esta aparición en Pontevedra le pidió que extendiera la devoción de los cinco primeros sábados de meses consecutivos. Al año siguiente, en el patio de la casa, el Niño Jesús insistió en la misma intención.

Aunque este santuario gallego posee un importante patrimonio material —la celda donde tuvo lugar la aparición o una imagen de la Virgen realizada siguiendo las instrucciones de sor Lucía—, su mayor tesoro es espiritual. «Tiene una gran relevancia y significado desde el punto de vista devocional, porque no se pueden entender las apariciones de Fátima sin esta culminación de su mensaje en Pontevedra», subraya a Alfa y Omega Luis Manuel Romero, director del Secretariado de la Comisión de Laicos, Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española y también su delegado para el Santuario de las Apariciones de Pontevedra.

Los primeros sábados

Si en Fátima la Virgen había insistido a los tres pastorcillos en la importancia de hacer reparación por los pecados y en el rezo del rosario, en Pontevedra María pidió a sor Lucía que difundiera la práctica de la comunión los primeros sábados de cinco meses consecutivos para reparar las ofensas a su Inmaculado Corazón. Para ello, le explicó la Virgen, es necesario confesarse y comulgar con esta intención, rezar el rosario y hacerle compañía durante 15 minutos, meditando los misterios del mismo.

Todavía en Galicia, en Tuy, sor Lucía volvió a ver a la Virgen, junto con la Santísima Trinidad, el 13 de junio de 1929. Entonces le dijo que era el momento de que el Papa, con los obispos del mundo, consagrara Rusia a su Inmaculado Corazón.

La propia Lucía decía que en Pontevedra está la «capelinha española». No entendía por qué van tantos españoles a la capelinha de Fátima y tan pocos al santuario de la provincia gallega. Aun así, en sus mejores tiempos este recinto llegó a recibir a miles de peregrinos. Hoy está inmerso en una remodelación urgente. «Desde sus orígenes, ha dependido de la asociación Apostolado Mundial de Fátima», explica Romero. «Pero, por distintas circunstancias, se fue abandonando y cayó en decadencia, hasta llegar a cerrarse». Dada su relevancia, en 2021 el episcopado español decidió hacerse cargo de él y asumir la responsabilidad de las obras de restauración.

Objetivo: el centenario

«Ahora estamos en la primera fase de las reformas», señala el delegado. Ya ha concluido la parte más importante. «La cubierta estaba muy deteriorada, casi todo estaba en ruinas». Se ha reconstruido según la normativa actual, rehabilitando todas las vigas del piso superior, incluidas las que cubren la celda donde tuvo lugar la primera aparición. Ahora mismo «la prioridad es terminar la gran capilla del santuario», que estará «en la zona de la celda de sor Lucía». El objetivo es finalizar la reconstrucción el 10 de diciembre de 2025, coincidiendo con el centenario de las apariciones.

Poco a poco el santuario está recuperando la normalidad. En mayo pasado «se reabrió al público con gran afluencia de peregrinos», asegura Romero. Se celebran los primeros sábados de mes, tal como pidió la Virgen, y Misas semanales; además, se reza el rosario y se pretende establecer un plan de pastoral. «La idea es que, de cara al próximo curso, el santuario se convierta en una casa de la Virgen, que acoja a los cientos de peregrinos que lleguen aquí y que se dirijan a Santiago de Compostela», adelanta Romero. El tercer reto del proyecto de reforma es construir un albergue con capacidad para 100 peregrinos.

La cubierta estaba muy deteriorada, casi en estado de ruina. Foto cedida por el santuario de las Apariciones.

Se estima que la totalidad de las obras de rehabilitación, junto con las del futuro albergue, implicará una inversión de cerca de un millón de euros, que se pretenden conseguir mediante donaciones. Ya se han logrado 404.776 euros gracias a la implicación de muchas familias, parroquias y asociaciones que se han unido a esta iniciativa. La Fundación Telefamilia colabora con la CEE en la recogida de fondos y, entre las parroquias, destaca el compromiso de un grupo de laicos de la parroquia Santo Cristo de la Misericordia de
Boadilla del Monte (Madrid).

Desde la Conferencia Episcopal hacen un llamamiento: «No somos conscientes del valor de este santuario. Es fundamental darlo a conocer para que no se pierda su mensaje». Un mensaje que, en palabras de Romero, es «una llamada a la conversión. Queremos que quien llegue allí se encuentre con el Señor y, sobre todo, con la Virgen».