La campaña de otoño de 40 Días por la Vida concluye con cinco bebés rescatados
«El miedo a ser detenidos está superado», afirma la responsable de comunicación de la plataforma que organiza los turnos de oración ante los abortorios
«El miedo está superado porque la Policía no puede detenernos. Lo que prohíbe la ley es acosar, y lo que nosotros hacemos es rezar en la acera de enfrente, no hacemos nada fuera de la ley», afirma Alicia Gómez-Monedero, responsable de comunicación de 40 Días por la Vida.
La red provida concluyó el domingo su campaña de otoño, en la que han participado cientos de voluntarios de 21 ciudades distintas que han rezado ante 24 centros donde se practican abortos en España.
«El mayor reto de esta campaña ha sido llenar los turnos —explica Gómez-Monedero—. Es algo que nos ha constado mucho en todas las ciudades. En ocasiones se han quedado algunos turnos sin cubrir, o con solo una persona cuando lo ideal son dos».
A mediados de octubre llegó a la clínica Dator, en Madrid, una chica de nombre Elvira, embarazada de 22 semanas. «Venía derivada por otro abortorio porque su embarazo era muy avanzado y se negaron a practicarlo allí», aseguran desde 40DPLV. En Dator le dieron cita para abortar ese mismo día, pero a los diez minutos de entrar llegó hasta el centro la familia de la joven. «Se acercaron a nosotros para pedirnos ayuda, porque ninguno quería que abortara», señalan los voluntarios. Al final, los familiares entraron en el centro y tras hablar con la chica lograron convencerla para salir de allí. Hoy Elvira ha decidido seguir adelante con su embarazo, y si todo va bien podrá abrazar a su bebé el próximo mes de febrero.
«Sin embargo, aun así, sigue habiendo madres que dicen sí a la vida durante estos días», continúa. Concretamente, hasta los voluntarios han llegado noticias de al menos cinco madres que han decidido abandonar el plan de abortar a sus hijos por causa de esta campaña.
Se trata de dos mujeres en Madrid, dos en Barcelona y una en Puerto de Santa María, a las que los voluntarios han puesto en contacto con asociaciones provida que les van a ayudar a sacar adelante sus embarazos.
«La causa habitual por la que van a estos centros es porque no tienen medios económicos. Muchas son muy jóvenes y no saben cómo enfrentarse a un embarazo inesperado», afirma la responsable de comunicación de 40 Días por la Vida, quien señala que «también es muy común que vengan empujadas por su familia», añade.