La Audiencia de Huesca ratifica la devolución de las pinturas murales de Sijena - Alfa y Omega

La Audiencia de Huesca ratifica la devolución de las pinturas murales de Sijena

Ha desestimado los recursos del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y la Generalitat contra la sentencia del Juzgado número 2 de la capital oscense que ordenaba la devolución de las pinturas murales románicas del Monasterio de Sijena

Redacción
Foto: Web del Museu Nacional d’Art de Catalunya de Barcelona, https://www.museunacional.cat

La Audiencia Provincial de Huesca ha desestimado los recursos de apelación interpuestos por el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y la Generalitat contra la sentencia del Juzgado número 2 de la capital oscense que ordenaba la devolución de las pinturas murales románicas del Monasterio de Sijena, que actualmente alberga el MNAC, ratificando así la resolución el citado juzgado. Por este motivo, el museo debe devolverlas al monasterio, ubicado en la localidad oscense de Villanueva de Sijena.

La Audiencia de Huesca, en su sentencia, rechaza el argumento de la parte catalana de falta de jurisdicción, con el que pedía que el asunto se tratara en el orden contencioso-administrativo y no en el civil, por ser una cuestión de «reintegro pleno de la titularidad de los bienes y de su posesión».

Tampoco admite que sea un conflicto competencial entre administraciones públicas, como ha esgrimido la Generalitat, ya que «la disputa se produce verdaderamente entre una comunidad religiosa que no tiene la condición de Administración pública frente al MNAC y la Generalitat», según reza la sentencia.

Asimismo, defiende la competencia territorial del juzgado número 2 de Huesca, apelada por los demandantes, ya que «no podemos prescindir de la naturaleza primigenia de las pinturas murales como bien inmueble» del Monasterio de Sijena.

Arrancadas ilegalmente

Según el abogado del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, Jorge Español, estas pinturas murales están consideradas como «las más importantes del románico español y fueron arrancadas ilegalmente y de forma muy deficiente en plena Guerra Civil por el funcionario de la Generalitat Josep Gudiol, que no contaba ni con el obligado permiso de la Dirección General de Bellas Artes, ni con el permiso de las monjas propietarias, razón por la cual, jurídicamente, el arranque supuso un expolio del monumento, aparte de que la Generalitat de Cataluña no tenía competencia alguna en la provincia de Huesca».