La asistenta. Una madre contra el sistema - Alfa y Omega

La asistenta. Una madre contra el sistema

Isidro Catela
Alex con su pequeña hija, Maddy. Foto: Netflix / Ricardo Hubbs.

Es desatino, dice el refrán, querer huir de nuestro destino. Alex (Margaret Qualley) es una joven madre que, sin embargo, está por la bendita locura de huir de un hombre que la maltrata y lo hace, paradójicamente, entrando de lleno en la cruda realidad, cogiéndola por la solapa y echándole un pulso al sistema de bienestar norteamericano, que es el gran señalado de la serie.

Con estos ingredientes, La asistenta se presenta como un notable drama social, con un aire a ese cine independiente que, de vez en cuando, reta a Hollywood o a esas historias británicas de Ken Loach que son, por encima de todo, relatos-denuncia.

En diez episodios de algo menos de una hora de duración cada uno, Netflix nos hace partícipes de las desventuras de una madre coraje que, de la noche a la mañana, se ve literalmente durmiendo en el coche con su pequeña hija y ni siquiera puede llamar con garantías a la puerta de su madre, una espléndida y excéntrica Andie MacDowell, que, al contrario que su hija, ha optado por vivir fuera de la realidad. Con toda su amargura, con el nudo que se nos instala en el estómago y sin dejar demasiado espacio a la esperanza, no deja de ser curioso que, tras El juego del calamar y La casa de papel, que juegan en otra liga, esta sea la serie más vista del momento.

Es curioso porque aquí no hay juegos de niños, ni argumentos más propios del videojuego estándar. Aquí hay casas de acogida, cultura del descarte y enormes dificultades para sobrevivir. Hay también algo de manido empoderamiento y resiliencia, pero es indudable que cada plano duele en carne propia. No hay evasión al uso. O si la hay, es evasión y victoria. El devenir de una maternidad que brilla en la dificultad y el triunfo de una fragilidad que nos reconcilia con las propias heridas y nos envalentona, en el buen sentido, para tratar de poner luz en las sombras que toda vida conlleva.