Justicia y Paz alerta de los «retos políticos» en el Día de los Derechos Humanos - Alfa y Omega

Justicia y Paz alerta de los «retos políticos» en el Día de los Derechos Humanos

Denuncia que este 2025 se ha producido «un nuevo debilitamiento del sistema internacional de derechos humanos»

Rodrigo Moreno Quicios
Dos niños ucranianos con pistolas de juguete en la ciudad de Kalynove. Foto: OSV News/Violeta Santos Moura, Reuters

El Día de los Derechos Humanos de 2025 llega en un contexto de alarma creciente. Justicia y Paz Europa advierte de que el sistema internacional creado para proteger la dignidad humana atraviesa un deterioro acelerado. En su declaración anual, la organización afirma que este año se producen «retos políticos sin precedentes» y lanza un llamamiento a frenar una deriva que amenaza los avances de las últimas décadas.

Estados Unidos contra el derecho internacional

El texto recuerda que «casi todos los días leemos en las noticias sobre graves violaciones de los derechos humanos», desde el ataque de la milicia RSF a un hospital en El Fasher, En Sudán, donde murieron cientos de personas, hasta el impacto de un dron ruso sobre un jardín de infancia en Járkov, Ucrania. Señala también que «Estados Unidos ha sido acusado por expertos de la ONU de violar el derecho internacional» en operaciones que causaron más de 80 muertes en el Caribe.

Igualmente, el Grupo de Expertos de la ONU sobre Nicaragua ha informado sobre «detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas y represión selectiva contra instituciones cristianas». En Irán, más de mil personas han sido ejecutadas este año. La declaración subraya que «no es posible vivir en paz y dignidad si la comunidad internacional se queda de brazos cruzados».

Un bebé sudanés en el campo de Tawila. Foto: OSV News/Mohamed Jamal, Reuters

El documento denuncia además que en 2025 se ha producido «un nuevo debilitamiento del sistema internacional de derechos humanos». Cita la retirada de Estados Unidos del Examen Periódico Universal, un gesto que «socava la universalidad del sistema». Añade que gobiernos autoritarios tratan de «debilitar el escrutinio internacional» y que Rusia y China buscan «retirar la financiación al sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas».

Una Corte Penal Internacional más débil

La Corte Penal Internacional también sufre las consecuencias: Burkina Faso, Malí, Níger y Hungría han anunciado su salida del Estatuto de Roma. Justicia y Paz señala que estas decisiones «debilitan la rendición de cuentas por los delitos más graves». Europa tampoco queda al margen: varios gobiernos han pedido una «revisión» del Convenio Europeo de Derechos Humanos, lo que, advierte el texto, «pone en peligro la autoridad del Tribunal».

La organización alerta de una «crisis moral» que nace de visiones de los derechos humanos desligadas de la dignidad inherente a la persona. Por ello, el Comité Ejecutivo reclama «un compromiso renovado» con los mecanismos internacionales y plantea una lista de recomendaciones, entre ellas «hablar y actuar de manera coherente en defensa del Derecho internacional», «reforzar la cooperación multilateral» y «garantizar que las instituciones de derechos humanos cuenten con la financiación adecuada». Según Justicia y Paz Europa, solo así será posible sostener «la dignidad humana intrínseca, universal y no sujeta a revisiones políticas o ideológicas».

Un reglamento europeo más restrictivo con los migrantes

La Unión Europea dio este lunes un paso decisivo hacia un marco migratorio más restrictivo. En una reunión celebrada en Bruselas, los ministros de Interior de los Veintisiete aprobaron la base legal para que los Estados miembros puedan crear centros de deportación fuera de territorio comunitario, siguiendo el modelo impulsado en los últimos meses por Italia en Albania. La decisión llega en un contexto marcado por el avance de la extrema derecha en Europa y por la asunción, por parte de varios gobiernos conservadores, de un discurso crecientemente duro en materia migratoria.

La medida se acompañó de otra decisión de calado: una reducción sustancial tanto en la cuota anual de reubicación solidaria de demandantes de asilo como en las aportaciones económicas de los países que prefieran pagar antes que aceptar a los migrantes asignados. España votó en contra de las principales reformas o se abstuvo, mientras que países como Portugal y Francia expresaron también sus reservas. Grecia optó por la abstención.

En una sesión marcada por la rapidez con la que se aprobaron los textos, el Consejo dio luz verde a la revisión del reglamento de retorno. Esta reforma permitirá a los gobiernos europeos firmar convenios con terceros países —como Uganda o Albania— para trasladar allí a solicitantes de asilo rechazados, incluso si no mantienen ninguna relación con esos territorios. En paralelo, los ministros avalaron la reforma del concepto de «tercer país seguro», clave para facilitar expulsiones a naciones distintas a la de origen del migrante.

Dinamarca, impulsora de las líneas más restrictivas, celebró el respaldo mayoritario. Su ministro de Inmigración, Rasmus Stoklund, defendió que los centros ayudarán a «acabar con los incentivos» que llevan a miles de personas a emprender viajes peligrosos hacia Europa. Según dijo, el apoyo obtenido deja a la UE “más cerca de cerrar acuerdos” con países dispuestos a albergar estos complejos y de corregir un sistema de asilo que calificó de «disfuncional».

Pero las críticas no tardaron en llegar. El ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, advirtió de «serias dudas jurídicas» y de interrogantes sobre la protección real de los derechos de los migrantes trasladados a estos centros. Portugal y Francia alertaron igualmente de riesgos «políticos, sociales y constitucionales», mientras que organizaciones de derechos humanos denunciaron lo que consideran un salto sin precedentes en la externalización del control migratorio. Sarah Chander, directora de la Iniciativa Equinox para la Justicia Racial, afirmó que la UE está «legitimando prisiones extraterritoriales» y un régimen «punitivo» que no garantizará la seguridad de nadie.

Los Veintisiete también avalaron la creación de una lista común de «países de origen seguros», demanda explícita del Gobierno de Giorgia Meloni. Entre ellos figuran Bangladesh, Colombia, Egipto, India, Marruecos, Túnez y Kosovo, lo que permitirá acelerar —y en muchos casos denegar— solicitudes de asilo.

La jornada se cerró con un gesto adicional hacia el endurecimiento del sistema: la reducción del «paquete de solidaridad» para 2026. La cuota de reubicación se rebaja de 30.000 a 21.000 migrantes, y la ayuda financiera cae de 600 a 420 millones. España lamentó la decisión y advirtió de que la solidaridad no puede convertirse en «un regateo de cifras».