José Luis Restán: «Queremos información atractiva, no frívola» - Alfa y Omega

José Luis Restán: «Queremos información atractiva, no frívola»

Encargado desde hace años de velar por la línea editorial de COPE, el veterano periodista y colaborador de Alfa y Omega acaba de ser nombrado presidente no ejecutivo del Grupo Ábside

Cristina Sánchez Aguilar
El directivo del Grupo Ábside en su despacho durante la entrevista con Alfa y Omega. Foto: R. Pinedo.

A las puertas de su jubilación, le nombran presidente no ejecutivo del Grupo Ábside. ¿En qué consiste este puesto?
El presidente tiene la función de representar la realidad de una empresa como la nuestra, con un ideario muy concreto: hacer presente en el ámbito de la comunicación una mirada cristiana que nace de la experiencia de la Iglesia. En mi caso, esta presidencia tiene una peculiaridad: se me ha encargado continuar velando por la línea editorial del Grupo Ábside. No soy ejecutivo, pero en esto sí lo soy.

¿Cómo se afronta el combate de mantener una marcada línea editorial en un grupo comunicativo de información generalista?
La imagen del combate está bien, porque es una cosa que hay que luchar, no se puede dar por supuesta y no es automática. Nuestro deseo ha sido siempre que la doctrina social de la Iglesia (DSI) sea un punto de referencia desde el cual mirarlo todo. Pero no es mecánico; tenemos que estar embebidos —responsables y comunicadores— en esta mirada de la Iglesia, que, además, es dinámica. El transhumanismo, el cuidado de la casa común, la clonación… son cuestiones de las que hace 20 años no se hablaba.

Influirán también la formación y la personalidad de cada trabajador.
Hay un trabajo de traducción; nosotros no repetimos la DSI como si fuese un canon. Hacemos un trabajo radiofónico, televisivo o en el ámbito digital, en el que presentamos y valoramos noticias, analizamos, tomamos posición, hacemos líneas editoriales… y tratamos de traducir esta mirada al lenguaje de los medios. Eso conlleva riesgos. No tratamos de fijar una posición inamovible. Por ejemplo, ¿cuántas líneas editoriales habremos hecho sobre las distintas leyes del aborto? Cientos, miles.

Y en todas no decimos exactamente lo mismo. Sí como posición de fondo, pero tenemos que afrontar problemas nuevos, tenemos que dialogar con preguntas nuevas… y todo eso es trabajo, todo eso es combate.

Por otro lado, tenemos momentos de diálogo diarios para que todo esto se vaya filtrando en las personas que trabajan en el grupo, que son libres y que después asumen cada una el 80 %, el 50 %… El lugar donde se expresa objetivamente la posición de nuestro grupo es en la línea editorial. Un comunicador puede ser muy influyente y estar en COPE, pero lo que él dice no es la posición de COPE o no tiene por qué serlo. Muchas veces sí coincidirá, y lo lógico es que coincida, pero en otras ocasiones, a lo mejor no lo hace.

¿El público ha entendido esto, o por ser «el medio de los obispos» hay determinadas exigencias?
El público son muchos, no hay uno homogéneo. Nosotros no estamos dirigidos exclusivamente al público católico. Tenemos una dimensión misionera, y somos conscientes de que hablamos a una sociedad crecientemente alejada de la tradición cristiana. Cuando los obispos tomaron la arriesgada decisión de hacer una radio católica, generalista y comercial, de algún modo ya intuían esta problemática. Nunca hemos querido hacer una radio o una televisión de temática religiosa, pero sí que hemos entendido que dentro de nuestra programación tenía que haber un cuidado especial para atender a la vida de la Iglesia.

Hay mucha gente que sí ha ido comprendiendo esto, y también hay una incomprensión que permanece, sobre todo cuando hay situaciones conflictivas, cosas que no se explican bien o intervenciones extemporáneas, porque por estos micrófonos y cámaras pasa gente de todo tipo, y eso es una riqueza y un bien que hay que preservar.

¿Este modelo es compatible con el negocio?
Somos una empresa, y esa también fue una decisión que tomaron los obispos en su momento. Podían haber creado una fundación, una ONG; de hecho, existen modelos de ese tipo en Europa. En el caso del Grupo Ábside, los obispos han optado por empresas que compiten en el mercado, por la audiencia; no da igual tener un millón de oyentes que tres, primero porque queremos llegar a cuanta más gente mejor, y, segundo, porque de la capacidad de llegar se deriva también la de facturar, y, por tanto, de sostener una plantilla de auténticos profesionales que hay que cuidar y acompañar en su proceso formativo.

Lo que hemos venido verificando es que es compatible, pero no sin combate. Por ejemplo, tenemos que renunciar a ciertos anunciantes por incompatibilidad con nuestra posición editorial, porque resultaría incomprensible y escandaloso que estuvieran. Eso significa una merma de recursos y lo asumimos con deportividad. Otro ejemplo es que tenemos un modo de llevar las relaciones laborales que no siempre será perfecto, pero intentamos vivirlo de acuerdo con la DSI. Hemos tenido situaciones críticas, por ejemplo con la COVID-19, donde se pidió a los trabajadores un sacrificio temporal, pero protegimos los puestos de trabajo.

¿Qué hay de la parte digital? ¿El clickbait influye a la hora de buscar lectores?
Hemos experimentado la tentación de encontrar éxito fácil e inmediato, de estar esclavizados por el cómputo de clics. El objetivo es saber cómo superar eso para ser lo que somos y no perderlo y, al mismo tiempo, competir en el área digital. Queremos hacer una información atractiva, pero que no se transforme en frivolidad. Creemos en la profundidad de la información, en las buenas historias, en los contenidos verdaderos, en ser cada vez más narrativos… desde el punto de vista de nuestra misión esto es muy importante. No sabemos cómo va a ser el futuro, pero sabemos que tenemos que estar ahí. Nos daremos algún trompazo —que ya nos lo hemos dado—, y habrá que corregir.

¿Cómo ha evolucionado en la cadena la información puramente religiosa?
Hemos tenido el inmenso don de contar con una persona clarividente que vio esto desde el principio, José Luis Gago, la persona que me fichó y con la que di mis primeros pasos, mi maestro en el ámbito de la radio. Gago no sabía de clickbaits, pero tenía claro que la información religiosa no podía ser una mera hoja parroquial. Era un hombre de radio, de la palabra, y tenía la intuición de que había que decir toda esta información en un contexto nuevo y buscar profesionales. Siempre hemos apostado por información rigurosa y profesional; los estándares de exigencia en cuanto a calidad de sonido, en cuanto a ritmo de comunicación, tienen que tener el mismo nivel de exigencia en los formatos religiosos que en cualquier otro programa de la cadena. Lo habremos conseguido un 100 %, o un 80 %, o un 70 %… depende de los casos, pero siempre hemos buscado esa evolución. Hemos sido objeto del escrutinio de los mismos consultores que han estado aconsejando a Herrera o a Expósito. Además, la gente de la programación religiosa trabaja para toda la cadena; hacen esta información para otros programas y ayudan a preparar las entrevistas con personalidades eclesiales.

Comienza la temporada

La información económica será la prioridad para las mañanas de Carlos Herrera en COPE. Un equipo de economistas dará respuestas a todas las cuestiones que surjan en torno a la incertidumbre que atraviesa nuestro país. Los programas deportivos tendrán la mirada puesta en las diversas competiciones de fútbol y la cadena continuará con su apuesta por la información religiosa. TRECE retransmitirá El Partidazo de COPE cada noche y la programación religiosa crecerá de la mano de Eméritos, donde se repasará la vida de cardenales y obispos eméritos. Y Ecclesia al Día acercará cada mañana la actualidad religiosa.