José Cobo: «Evitemos a toda costa una Iglesia polarizada» - Alfa y Omega

José Cobo: «Evitemos a toda costa una Iglesia polarizada»

Con motivo del Domingo por la Comunión, el arzobispo de Madrid afirma que una Iglesia con divisiones «no convoca, no ilusiona y no evangeliza»

Álvaro Real Arévalo

El arzobispo de Madrid, José Cobo, ha dirigido una carta a sus diocesanos en la que hace un llamamiento a evitar la polarización, que «rompe con el Evangelio, porque excluye la mirada de los otros y nos ponemos en lugar de Dios».

«Evitemos a toda costa una Iglesia polarizada como lo está nuestro mundo» afirma Cobo en el texto, enviado con motivo del Domingo por la Comunión que se celebra el próximo día 1 de octubre: «Una Iglesia polarizada no convoca, no ilusiona y no evangeliza».

La archidiócesis de Madrid celebra desde hace cuatro años el Domingo por la Comunión y este año el lema es Todos uno. Su arzobispo recuerda en el texto que «en la Iglesia de Madrid todos somos parte corresponsable, cada cual desde su situación, carisma y don». Explica que el lema habla de conceptos como «sinodalidad, comunión, participación y misión».

El IV Domingo diocesano por la Comunión coincide este año con la festividad de santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones. Por ello, José Cobo plantea que «hemos de revisar si de verdad formamos y favorecemos una Iglesia en comunión sinodal que dé un testimonio auténtico y creíble, capaz de evangelizar a esta sociedad tan compleja, desdibujada y desesperanzada del siglo XXI».

Recuerda asimismo lo que ya expresó en su homilía de inauguración de su ministerio episcopal: «No podemos ser parcelarios sino integradores». Y reitera su empeño en «encontrarnos, dialogar y entendernos, no solo los que pensamos de manera similar, sino también con los que ven las cosas de manera diferente».

El fragmento de la carta de san Pablo a los Filipenses que se leerá el próximo domingo, explica el arzobispo, «nos interpela de manera incisiva y clara: “si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir…”. Todo lo que no sea concordia y caridad, volverá vana cualquier pretensión».

Concluye su misiva mostrando que «dentro de la Iglesia caben muy distintas sensibilidades, carismas y estilos, pero con un solo espíritu, una sola alma y un solo corazón» e invitando a que «que seamos todos uno».