José Cobo, a los niños de los colegios diocesanos: «Cada uno sois parte de la cara de Jesús» - Alfa y Omega

José Cobo, a los niños de los colegios diocesanos: «Cada uno sois parte de la cara de Jesús»

Los colegios de Madrid han celebrado la Pascua en la catedral de la Almudena gritando con fuerza: «¡Jesús ha resucitado!»

Begoña Aragoneses
El arzobispo de Madrid, José Cobo, con alumnos de los colegios diocesanos de Madrid. Foto: Santiago Tedeschi Prades

«El Señor resucitó. Él es nuestro Salvador. Somos testigos de la Resurrección, Él está aquí, su Espíritu nos mueve para amar». Así han empezado los niños de los colegios diocesanos de Madrid la Eucaristía de Pascua, celebrada este miércoles, 10 de abril, en la catedral de la Almudena. Lo han hecho cantando a pleno pulmón, capitaneados por los alumnos del colegio Nuestra Señora de la Paz, encargados del coro, y llenando el primer templo de Madrid de colores: azul en varias tonalidades, amarillo, rojo, verde, granate, faldas de cuadros y pantalones grises, en función del uniforme del colegio que correspondiera.

Una cita la de este miércoles que ya es tradición en la diócesis y que, en palabra de José Luis Guzón, delegado episcopal de Enseñanza, consiste en «celebrar la alegría de la Pascua en torno al obispo y en el corazón de la diócesis, la catedral». Como ha señalado el delegado al comienzo de la Eucaristía, «queremos ser testigos del Resucitado en nuestros ambientes, en las aulas, en los juegos, los amigos, la familia…».

«¿Estáis despiertos?». Ha sido la pregunta que el arzobispo de Madrid, cardenal Cobo, les ha dirigido al tomar la palabra. Un «sí» tímido como primera respuesta, y uno más potente tras una segunda pregunta del cardenal Cobo. «Me quedo más tranquilo —ha bromeado—, porque de lo que se trata hoy es de despertar un poquito». Les ha recordado que la catedral es la casa de todos los cristianos de Madrid, «también la vuestra», y en ella, aparte del «sitio especial» que tiene Jesús, está la «Virgen de la Almudena», han coreado los niños. «Ella está muy contenta y quiere saludaros».

Cercano a los niños, el arzobispo de Madrid les ha hecho decir con voz fuerte, «para que se quede grabada en las piedras» del templo, la felicitación de la Pascua, que no es otra cosa que contarle «a todos los niños de Madrid, a todos», que «¡Jesús ha resucitado!». Y así lo han gritado con fuerza los centenares de niños que abarrotaban los bancos de la catedral: «¡¡Jesús ha resucitado!!». Esto «lo tenemos que ir repitiendo continuamente», ha animado.

Si «Jesús ha resucitado, eso es que está vivo». Pero entonces, «¿por qué no lo veo yo?». Pues porque para eso, ha explicado, se necesitan «unas gafas especiales para reconocerlo; son las que Jesús fue dando a sus amigos para que se las pusieran en los ojos del corazón, gafas para reconocer a Jesús Resucitado». Y esas gafas se consiguen de tres maneras, les ha trasladado a los niños. «Primero, cuando nos juntamos con otros cristianos», con «amigos cristianos» a través de los cuales «Jesús te va a decir algo» cuando, por ejemplo, «estés mal o un poco triste».

En segundo lugar, a través de los sacramentos. «Podréis decir, “jo, un domingo ir a Misa…”», pero ante esto, «os voy a contar un secreto: Jesús aquí, en la Eucaristía, os va a decir algo; estad atentos». Y, por último, «escuchando a Jesús», es decir, rezando, que «no solo es decirle cosas, sino escucharlo». «Jesús Resucitado me ha dicho que quiere hablar con vosotros», pero a veces no se está atento, «con los cascos puestos…». Y sin embargo, «Jesús habla muy flojito y habla en el corazón». Igual que los papás, ha señalado, «Jesús a veces, cuando estamos dormidos, nos da un beso; rezar es darse cuenta de cuándo Jesús nos habla y está cerca».

«¿Sabéis qué cara tiene Jesús?», ha vuelto a interpelar el arzobispo a los niños. «La foto de todos nosotros juntos; cada uno de vosotros sois parte de la foto de Jesús». Es más, «cada uno de vosotros sois parte de la cara de Jesús en Madrid». Y con esta reflexión es con la que todos los reunidos en la catedral se han hecho, al finalizar la Eucaristía, una foto en la escalinata de acceso al templo que da al Palacio Real. Pero antes, los pequeños habían recibido cada uno un huevo de Pascua como regalo, símbolo de la Resurrección de Cristo».