Jornada Mariana de la Familia, en Torreciudad. La familia es una fiesta - Alfa y Omega

Jornada Mariana de la Familia, en Torreciudad. La familia es una fiesta

Desde hace veintitrés años, el santuario de Torreciudad vive una fiesta al final del verano: la Jornada Mariana de la Familia. Este año ha sido presidida por monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Valencia, quien ha defendido a la familia como «el patrimonio más importante de la Humanidad»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

Más de 11.000 personas, procedentes de toda España, se pusieron, el pasado sábado, bajo el manto de la Virgen de Torreciudad, en la vigésimo tercera edición de la Jornada Mariana de la Familia, bajo el lema La familia, formadora de valores humanos y cristianos. En un mensaje enviado por Benedicto XVI, el Papa animó a los participantes «a fortalecer la fe y el compromiso cristiano bajo la dulce mirada de la Santísima Virgen», y les pidió «afrontar, con la gracia de su ayuda materna, las diversas pruebas del momento presente, y promover en la sociedad, desde sus hogares cristianos, los valores perennes del Evangelio».

A estas mismas pruebas se refirió también monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Valencia, quien presidió la Jornada, cuando afirmó que «la crisis es una oportunidad para crecer en la fe, en la convicción de que Dios está con cada uno en todas las circunstancias y que no nos abandona». En estas circunstancias, «la institución familiar desempeña un papel muy importante para sobrellevar la crisis económica, al defender valores permanentes y la consideración de la igual dignidad de cada persona». Monseñor Osoro ha indicado que, hasta ahora, «hemos vivido una cultura de la facilidad», por lo que es el momento «de la solidaridad y la sobriedad, de prescindir de lo superfluo, de atender a las necesidades de los demás». Y de esto saben mucho las famlias españolas; por eso, el arzobispo de Valencia se refirió a la familia cristiana como «el patrimonio más importante de la Humanidad», pero se lamentó de que hoy «no está suficientemente defendida, a pesar de su probada eficacia para resolver problemas». Por este motivo, pidió «más protagonismo para la familia y para el asociacionismo familiar».

La Jornada Mariana de la Familia contó con peregrinos procedentes mayoritariamente de Cataluña, Aragón, Madrid y Valencia, aunque también acudieron familias gallegas, andaluzas, vascas, murcianas, navarras y asturianas. Todas participaron de la Oración de las Familias, a la que siguió la ofrenda a la Virgen y la Eucaristía. Y ya más tarde, varias actuaciones lúdicas y musicales para los más pequeños, el tradicional ofrecimiento de niños a la Virgen, el rezo del Rosario y la Bendición con el Santísimo dieron fin a una Jornada que ha demostrado, un año más, que, cuando se vive la familia a tope, la vida es una fiesta.