Christian Escuredo: «Jesús nos toca a todos: habla de amor, empatía y compasión»
Este jueves, 22 de noviembre, se estrena 33 el musical, una superproducción cien por cien española centrada en la vida de Jesús. Christian Escuredo (El Barco de Valdeorras, 1984) se mete en la piel del «mayor influencer de la historia», como lo ha definido el enorme equipo artístico capitaneado por el sacerdote Toño Casado. «Es una responsabilidad. Jesús es muy importante para millones de personas», reconoce el actor.
Hasta ahora su papel más conocido ha sido el del futbolista Tati en la serie de televisión Fariña. ¿Qué sabor le deja el drama de la droga?
Es lamentable lo que ha pasado y sigue pasando con la droga. Y cómo se llega a manipular a la sociedad con este tema. También impresiona ver hasta qué punto a veces la gente arriesga su vida para sobrevivir. ¡Cómo es la vida!
Fariña ha sido un exitazo y estoy muy orgulloso de estar en esa producción no solo por trabajar en ella, sino por contar una historia que a mí me toca de cerca porque soy gallego.
De futbolista tengo poco y, aunque no se contase mucho del tema futbolero, cuanto más distante está de ti el personaje, más lo saboreas. Tienes que trabajarlo.
En pleno éxito de la serie, con 34 años, se anuncia que va a ser Jesús en 33. ¿Cómo le llegó el proyecto?
Cuando me hablaron del proyecto tenía 33 años… Me puse muy contento porque sabía que iba a ser un cambio de registro brutal. Trabajar un personaje de esta envergadura me iba a venir genial para mi carrera y también para la parte personal. Pero es una responsabilidad. Jesús es muy importante para millones de personas, hay que hacerlo con mucho cuidado, con mucho respeto.
Toño Casado [el sacerdote que ha creado 33] me conocía como profesional de musicales y él siempre me dice que necesitaba un actor que tuviera luz. Mi respuesta fue: «Si tú lo dices, hazme una prueba con el material del musical, que ahí es donde realmente vas a ver si doy el personaje o no. Dame tiempo para que me lo pueda preparar». Me preparé tres canciones, una de ellas fue un fragmento de Getsemaní, y para adelante…
Para luz, la que tiene Jesús…
Sí, Jesús tiene mucha luz, tiene mucho magnetismo.
¿Cómo se prepara un papel así?
Me he documentado mucho. Hay tanto escrito sobre Jesús y, en la historia del arte, ha revolucionado a todos los artistas… y nos está revolucionando a nosotros ahora con 33. He intentado alimentar el papel de distintas fuentes e incluso viajé a Tierra Santa. Me ha gustado entrevistarme tanto con gente cristiana como con gente que valora el personaje histórico. Ha sido muy interesante.
¿Cómo ha sido estar a las órdenes de un sacerdote?
Valoro y respeto su otro oficio, pero aquí Toño es mi director y el autor. Estoy encantado porque, trabajar en una producción que se va a estrenar por primera vez, tiene una parte de colaborar, de desarrollar el personaje desde tu corazón.
Estuvimos ensayando 45 días en su parroquia y luego ya en este Espacio 33 [una carpa instalada en Ifema]. A pocos días del estreno estamos un poco inquietos porque estamos incorporando toda la parte artística a la técnica y eso siempre requiere mucha paciencia. Hay muchos departamentos, cada uno tiene que hacer su trabajo, hay que darle su espacio…
Lo que se ha montado alrededor es impresionante. Creo que difícilmente vamos a vivir otra experiencia como esta, en la que se construya un escenario ad hoc para el espectáculo que se quiere crear.
En unos días veo el musical con mi madre, que es una señora con más años de los que aparenta, y con mi hermano, un tío de 20 años. ¿Qué aporta Jesús?
Les da un mensaje universal, que nos toca a todos: habla de amor, habla de empatía, habla de compasión… Eso da igual que tengas 5 años o 105 porque, al fin y al cabo, tiene que ser la base de tu día a día y de todas tus acciones.
¿Y cómo le ha tocado a usted?
Soy una persona muy espiritual y creo profundamente en este mensaje. También me gusta mucho el mundo del coaching y a Jesús se le cita muchas veces porque es un pionero y habla de que todas las acciones nazcan del amor, incluso las incómodas. Creo en la empatía para que las cosas fluyan y fluyan desde el respeto.