Jesús en un bar - Alfa y Omega

Una vez oí una frase en la que se aludía a los bares, las iglesias y la música como lugares a los que la gente recurría cuando necesitaba una forma de consuelo. Le di unas cuantas vueltas en mi cabeza y, sin quererlo, me topé con un tema musical compuesto por una chica de Texas llamada Grace Tyler donde todo empezó a tener sentido. En su balada Jesus in a bar, esta cantante hace reflexionar al oyente acerca de cómo encontrar la fe, algo tan personal como es la espiritualidad, en un establecimiento tan común como puede ser un bar. Un lugar lleno de gente con ganas de pasarlo bien, de disfrutar de una buena juerga, pero donde también hay gente amable y bondadosa como la que te puedes encontrar en un templo. La letra dice así: «Es la chica en el baño compartiendo su lápiz labial y sus buenos consejos. / Es el camarero escuchando todos los pecados de los que te arrepientes esta noche. / Es un extraño que te llama para llevarte a casa cuando has bebido demasiado. / Sí, te hace pensar. / Si miras más allá de los pecadores, el humo y los corazones rotos. / Siempre podrás encontrar a Jesús en un bar». Lógicamente yo no soy nadie para dar consejos, pero Grace Tyler a través de su música quiere hacer ver que establecimientos plagados de pecadores, bebidas y corazones rotos como son los bares, también pueden ser focos donde Jesús esté presente. Sin prejuicios ni huidas. Para Tyler lo interesante de Dios es que deja muestras de fe en los sitios donde menos cabría esperar; es decir, que en cualquier lugar, si una persona quiere abrir los ojos, puede llegar a encontrarlo. No solamente un domingo por la mañana en el templo. Este es un tema que escribió tras reflexionar profundamente sobre la fe con dos amigos suyos, Sam Blasko y Rachel LaRen. Al parecer esta última fue la que abrió el debate porque traía una canción para abordar esta temática de las creencias. La canción está siendo todo un éxito en Estados Unidos, donde se sumerge en la categoría del country más cristiano. Grace es una cantante rematadamente joven, pero está metiendo un soplo de aire fresco a la industria musical estadounidense y actualmente ya abandonó su estado natal para asentarse en Nashville, la ciudad de la música que se ubica en Tennessee. A la edad de 6 años ya cantaba en karaokes los himnos que una de sus grandes ídolos, Patsy Cline, dejó patentados. Un talento al que hay que seguir.