«Jesús da la vida incluso cuando parece que ya no hay esperanza» - Alfa y Omega

«Jesús da la vida incluso cuando parece que ya no hay esperanza»

El Papa ha confiado al Corazón de María «la conversión de los corazones» que puede conducir a la paz en Ucrania

Ángeles Conde Mir
Treinta y cinco mil fieles han asistido al rezo del ángelus junto al Papa. Foto: Vatican Media.

Francisco ha rezado el ángelus acompañado por más de treinta y cinco mil fieles que han llenado la plaza de San Pedro aprovechando las temperaturas primaverales de la Ciudad Eterna. El Papa ha centrado su catequesis previa al rezo mariano en explicar cómo Jesús acompaña a sus hijos, sobre todo, cuando más sufren. A partir del evangelio de la resurrección de Lázaro, el Santo Padre ha asegurado que el mensaje de este pasaje evangélico es claro: «Jesús da la vida incluso cuando parece que ya no hay esperanza». Aunque parezca que «un corazón herido no pueda esperar» y oigamos que «ya no hay nada que hacer», «Jesús nos dice que no es así, que en esos momentos no estamos solos, es más, que precisamente en esos momentos Él se hace más cercano que nunca para darnos de nuevo la vida».

Pero esos momentos llegan y entonces, Francisco ha señalado que parece que la vida «se asemejara a un sepulcro cerrado: todo es oscuridad, en torno se ve solamente dolor y desesperación». Es precisamente en esos instantes cuando «Él llora con nosotros».

«Y, al mismo tiempo, Jesús nos invita a no dejar de creer y esperar, a no dejarnos abatir por los sentimientos negativos. Se acerca a nuestros sepulcros y nos dice, como entonces: “¡Quitad la piedra!”», ha explicado Francisco. Esa piedra simboliza el dolor, los errores y los fracasos. Jesús invita a quitar esa piedra «sacar todo lo que hay dentro» y ponerlo ante Dios «con confianza». El Papa ha explicado que con esta invitación Jesús nos anima a no dejar morir la esperanza y ceder al pesimismo que deprime, «al temor que aísla, al desánimo por el recuerdo de malas experiencias y al miedo que paraliza».

«Es el momento de quitar la piedra y de salir al encuentro de Jesús que está cerca. ¿Somos capaces de abrirle el corazón y confiarle nuestras preocupaciones? ¿De abrir el sepulcro de los problemas y mirar más allá del umbral, hacia su luz?», ha preguntado por último el Papa.

Después de la oración mariana, Francisco ha hecho de nuevo un llamamiento a la paz en Ucrania: «Ayer, solemnidad de la Anunciación, renovamos la consagración al Corazón Inmaculado de María, con la certeza de que solo la conversión de los corazones puede abrir el camino que conduce a la paz. Continuemos rezando por el martirizado pueblo ucraniano».