Javier de la Torre: «La Biblia habla del no nacido con un lenguaje muy positivo» - Alfa y Omega

Javier de la Torre: «La Biblia habla del no nacido con un lenguaje muy positivo»

Sin una experiencia espiritual del valor de la vida, al defenderla se cae en el riesgo de las ideologías, afirma este experto en derecho y teología moral

María Martínez López
Javier de la Torre
De la Torre es doctor en Derecho y licenciado en Filosofía y Teología Moral. Foto: Universidad Pontificia Comillas.

La Sala Capitular de la catedral de la Almudena acogerá este sábado a las 18:00 horas la conferencia que Javier de la Torre, profesor de la Universidad Pontificia Comillas y experto en derecho y teología moral, impartirá con motivo de la celebración de la Jornada por la Vida. A continuación, a las 19:00, tendrá lugar la Eucaristía celebrada por el cardenal arzobispo, José Cobo.

¿Por qué ha titulado su ponencia Me has tejido en el seno materno. Espiritualidad desde las entrañas?
Creía que debíamos ir al fondo cristiano de la defensa de la vida, a las fuentes de la revelación; a la vivencia y experiencia de la vida; no tanto a lo jurídico, político, social sino a algo previo, prepolítico. Se suele apelar a aspectos científicos y creía que sería bueno que rescatáramos lo que dice la Biblia. La Escritura casi no habla del aborto pero sí está hablando del valor de la vida y del valor de la vida intrauterina. Y lo hace con lenguaje mucho más positivo y propositivo, de fe y de experiencia.

¿Cómo es esto?
Muestra a Dios como el protector de la vida, «mi defensor, mi escudo y baluarte». Ahí se introduce el «no matarás». De ahí pasamos a otro tipo de textos muy bonitos, que hablan del valor que tiene el amor al prójimo, un marco que está en toda la Biblia. Hay una preferencia por los pobres pero también por los indefensos y los más pequeños. Eso es un motivo de inspiración para acercarse al valor de la vida intrauterina, desde las referencias de algunos Papas a cómo Dios mira en lo escondido.

¿Y la alusión concreta al no nacido?
Hay grandes textos que hablan de él: en los salmos, los profetas, en Job hay textos preciosos: «Desde lo hondo del seno materno te llamé». En las vocaciones de varios profetas aparece la conciencia de un Dios providente que ha estado presente desde el primer momento, «desde el primero de mis días estaba en tu libro», y que llama. Habla de la vocación del profeta, pero ¿acaso no tiene una llamada para cada uno? También se muestra «cómo Dios nos está creando, formando. Mi preferido es el salmo 139: «Mis entrañas has formado, me has tejido en el seno de mi madre». Luego, la madre de los macabeos hace una reflexión muy bonita, «no sé cómo aparecisteis en mis entrañas».

¿Qué nos dice del Nuevo Testamento?
En la visitación, está esa experiencia de que el niño salta de gozo en el seno de Isabel. Este profundo valor en la tradición cristiana tuvo mucha importancia en los siglos del XI al XIII para apreciar la maternidad, la vida de dentro. Es muy importante que vivamos todo esto como experiencia, más allá de ideologías.

¿Este planteamiento es compatible con defender la vida ante no creyentes?
Esto es una experiencia religiosa, claro. Lo que quiero plantear es si la vivimos antes de dar otros pasos. A veces los damos sin hacerla y eso supone el peligro de caer en lo ideológico. Se trata de ver dónde se asienta la dimensión social, jurídica y política de la fe para intentar purificar, profundizar. Lo quiero decir también en este contexto de Cuaresma, de un Dios que no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva.

El lenguaje que usa la Biblia es enormemente positivo, de celebración. Pero lleva una cierta valoración moral de la vida que es la que lleva a respetarla incondicionalmente.

¿Sobre esta base es más fácil hacer una defensa integral de toda vida, que no se centre solo en el aborto o la eutanasia?
Claro. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacbo es el Dios del pobre, de la viuda y del huérfano. Todas las fragilidades de la vida humana están conectadas. Es muy importante cómo Dios se conmueve ante la fragilidad. Existe la necesidad de que la Iglesia aplique este texto al tema de la vida intrauterina. Debemos ir integrándolo todo, desde una dimensión profundamente espiritual y bíblica.

Fuera de aquí, en el ámbito político y social, parece que en la defensa de la vida se va de derrota en derrota. ¿Qué papel juega la esperanza, a la que alude esta Jornada por la Vida?
Es fundamental porque cada vida que nace y cada vida que se va creando es una puerta a la esperanza, un proyecto de Dios que se abre, un sueño. El propio Papa Francisco en Amoris laetitita tiene una mirada que anima mucho esa visión de acoger la vida como algo que siempre habla de novedad. Lo que llena de esperanza es cada nacimiento y saber que cada nacimiento es una creación y una llamada de Dios, un regalo suyo y una aventura que va a acompañar Dios. El nacimiento de los hijos en general es lo que indica la esperanza de los pueblos.