Jamón, chorizo y lomo español para el Papa

Francisco ha mantenido un encuentro con la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA). En primer lugar, les ha dado las gracias por «la ilusión que manifiestan por su trabajo en el campo, por el ganado y por el servicio que quieren prestar a la sociedad». Ha ido leyendo un discurso preparado que ha interrumpido en varias ocasiones para añadir algunas anécdotas personales que denotaban que conoce el medio rural y el trabajo en el campo.

Por eso, les ha dicho que sabe que «los primeros ecologistas de una zona, de un país, de un continente son ustedes, los que están en el baile, los que están dentro: la gente que trabaja con los animales, con las plantas, que conviven día a día y saben de sus problemas y de sus logros». Precisamente les contó que una vez en la facultad de teología, un estudiante le llamó para que fuera a ver una vaca que se estaba muriendo. Detrás de la facultad había pastos. Fue entonces a ver al animal y, en realidad, a la vaca le sucedía algo muy distinto: «Y este, que era de ciudad, que había comido cemento desde chiquito, no tenía la menor idea de cómo se distinguía una vaca muriendo y una vaca pariendo. Ahí me di cuenta que hay una ciencia que solamente se adquiere viviendo y con la experiencia».

«Ustedes no repiten un slogan aprendido, viven mirando al cielo y, desde que se levantan hasta que se acuestan, reconocen en los trinos, los mugidos o los relinchos el gozo o el miedo, el deseo o la satisfacción de la naturaleza que les rodea. Esto es un honor y, evidentemente, una gran responsabilidad», ha reconocido Francisco. Por ello, ha asegurado que ocuparse del campo y de los animales «los hace testigos de la ecología integral que el mundo hoy necesita». También les ha dicho que Dios les pide que piensen en el campo como «un don» y que su labor alimenta al mundo porque Dios, a través de ellos, sacia el hambre y la sed de su pueblo. Así, Francisco ha asegurado que hay que impedir que la producción de alimentos se convierta en un arma o en una mercancía objeto de especulación: «Esto es lo que debemos denunciar, lo que nos debe hacer doler el corazón, no lo merecen los animales que ustedes cuidan con tanta dedicación, no lo merecen las personas para las que trabajan con ilusión, no lo merece Dios. Les ofende a ellos y les ofendería a ustedes».

Por último, el Papa les ha pedido que, pese a las dificultades, no se desanimen ni ante la dureza del día a día ni ante la incomprensión de quienes no valoran su trabajo. «Vayan adelante y sean poetas de la tierra».

Antes de despedir a la delegación española, estos no han querido marcharse sin entregar unos embutidos al Papa. Pedro Barato, presidente de ASAJA, ha hecho entrega al Papa de una caja con jamón, lomo, chorizo y salchichón al vacío. También le han obsequiado con una figurita de la Virgen de los Llanos. Desde ASAJA han querido llevar a Francisco el mensaje de que el papel de la agricultura y la ganadería es fundamental para prevenir el cambio climático por cuestiones como la captación de CO2.

La asociación ya tuvo la oportunidad este enero de saludar al Papa y de hacerle entrega de unos chorizos. En aquella ocasión solicitaron una audiencia con Francisco para hablar sobre cambio climático y agricultura y ganadería a raíz de unas declaraciones del Pontífice en las que instaba, a quien pudiera, a consumir menos carne.