El archivo de Acción Católica atrae a investigadores de Brasil y Japón

El 22 de diciembre de 2017 la bibliotecaria General de la Universidad Pontificia de Salamanca, Maribel Manzano, se trasladó a la sede de la Acción Católica Española (AC) para «ver un archivo que se quería depositar en la UPSA». Se encontró entonces con María José Miguel, responsable de adultos de AC, y con miles de archivos empaquetados en cajas que esperaban destino. «Todo aquello cabría en nuestros depósitos y, además, podríamos tratarlo como se merecía», pensó entonces.

Al convencimiento de tener espacio suficiente «se unió la certeza del valor con mayúsculas del archivo». En el rato que pasó allí, Manzano percibió «el inmenso valor patrimonial e histórico que ese fondo tenía para la historia de la Iglesia, y para la de España» en general. Sin duda la Universidad Pontificia de Salamanca, «entre cuyos fines principales está la investigación, era el sitio idóneo para ese fondo, garantizando su conservación, tratamiento y difusión».

Después de aquella visita, la UPSA, la Conferencia Episcopal y la Federación de Movimientos de Acción Católica Española firmaron un convenio de cesión el 4 de julio de 2018. Llegaron entonces más de 3.000 cajas en un camión, que gracias al trabajo de todo el servicio de Biblioteca y Archivo de la Universidad, unido a la contratación de personal de apoyo, lograron que las primeras acciones técnicas se pudieran realizar ya en octubre de 2018.

Desde entonces, el archivo ha generado un enorme interés en investigadores y entidades educativas de todo el mundo. «Hay investigadores de muchos países diferentes que tienen intención de venir a consultarlo. De hecho, ya ha venido gente de Japón, Brasil, Francia o Italia, y de muchas universidades Españolas, aunque ahora con la pandemia se han paralizado un poco las consultas», asegura la bibliotecaria General.

Sin embargo, este parón ha sido aprovechada por la Universidad para organizar un ciclo de conferencias dedicado a estudiar la relevancia social de la documentación del archivo tras la labor de gestión, catalogación e investigación, realizada desde la recepción del fondo hace dos años. «Para la Universidad es algo prioritario y estratégico la cesión de este archivo. Es un fondo muy abundante en cantidad de documentación –cuyo volumen representa más de 600 metros lineales– que habla de la historia de la Iglesia y de España desde los años 30», explica Maribel Manzano.

Entre los legajos, se habla de Cáritas, de Manos Unidas, de los Centros de Cultura Popular, de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) o de Pilar Bellosillo, una de las primeras auditoras en el Concilio Vaticano II y presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas. Pero hay tanta documentación en el archivo, que desde la UPSA se anima a los investigadores a proponer nuevas líneas de estudio sobre la historia del asociacionismo católica, el constitucionalismo, la autodeterminación de las autonomías, el papel de las ONG, la censura o los estudios teológicos.