El Papa Francisco reza por Indonesia - Alfa y Omega

El Papa reza por Indonesia

El país asiático ha sufrido en las últimas horas un terremoto que ya deja 42 fallecidos y 820 heridos, y un accidente aéreo

Redacción
Foto: Vatican News

El Papa Francisco ha pedido oraciones por la víctimas del terremoto de magnitud 6,2 que sacudió este sábado la isla indonesia de Célebes, que, según el último recuento, ha dejado 42 fallecidos y 820 heridos. Además, unas 15.000 personas se encuentran refugiadas en la decena de centros de evacuación habilitados por las autoridades del país. Asimismo ha rezado por las víctimas del accidente de avión, también en el país asiático, informa Europa Press.

«Expreso mi cercanía al pueblo de Indonesia golpeado por un fuerte terremoto. Rezo por los muertos, los heridos y todos los que han perdido sus casas y su trabajo», ha dicho el Pontífice durante el ángelus que ha rezado desde la Biblioteca Apostólica del Vaticano. Francisco no se ha asomado al balcón que da a la plaza de San Pedro por las disposiciones sanitarias.

Unidad de los cristianos

Por otro lado, Francisco ha anunciado que el próximo lunes 25 de enero, día de la Conversión de San Pablo, presidirá el rezo de las Vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros junto a representantes de distintas confesiones cristianas como conclusión de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. A este respecto, ha manifestado: «Recemos por la unidad que siempre es superior al conflicto».

Durante el ángelus, el Papa ha comentado el Evangelio del día que presenta el encuentro de Jesús con sus primeros discípulos en una escena desarrollada en el río Jordán, el día después del bautismo de Jesús.

Proyecto de Dios

Durante su catequesis, el Papa ha destacado que Dios llama a cada persona a un estado de vida particular ya sea al «camino del matrimonio», al del «sacerdocio» o al de la «vida consagrada». Sobre este aspecto el pontífice ha señalado: «Son maneras diferentes de realizar el proyecto que Dios tiene para cada uno de nosotros, que es siempre un plan de amor. Y la alegría más grande para cada creyente es responder a esta llamada, a entregarse completamente al servicio de Dios y de sus hermanos».