Incendio en la sierra de la Culebra: «Se habrán salvado las casas, pero hemos perdido la casa común»
Los vecinos de los pueblos afectados reciben la visita de los obispos de Zamora y de Astorga, «una muestra de la presencia y la cercanía de la Iglesia»
«Lo peor es que todo esto se podía haber evitado», dice con pena Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), que este fin de semana tuvo que desplazarse a uno de los pueblos afectados por el incendio de la sierra de la Culebra para rescatar a sus familiares.
«Este es el paisaje de mi infancia –relata–, y lo que está quedando de él es una pena. Puede que se haya salvado la mayoría de las casas, pero hemos perdido la casa común que teníamos aquí, una zona con mucha fauna salvaje y mucha riqueza natural».
Santamaría denuncia que «un incendio que empezó por una tormenta seca y que al principio estaba muy localizado, al final ha alcanzado un tamaño enorme y ha provocado unas pérdidas considerables, solo por la ineficacia y la falta de previsión de las autoridades».
Para explicarlo, señala que «el dispositivo autonómico de lucha contra incendios no está oficialmente a pleno rendimiento hasta el 1 de julio, y a pesar de que la normativa contempla que puede ser activado en circunstancias graves, esta vez no se ha hecho. Es una muestra más del ninguneo que sufre esta tierra, y de que el ahorro económico prima por encima de todo».
Así, el incendio de la sierra de la Culebra es el «mayor desastre natural de los últimos tiempos» en la zona, una catástrofe que los habitantes de todos estos pueblos «llevan años advirtiendo que podría pasar», dice Santamaría.
Con los obispos de Zamora y Astorga
Aunque el incendio ha desalojado ya a los habitantes de 20 pueblos de la zona y ha devastado cerca de 30.000 hectáreas, «podrían ser más», dice Santamaría. «Hay algunas casas que se han quemado, y hay pueblos en los que ves que el fuego ha llegado hasta el límite municipal, o hasta el cementerio. Lo triste es que la Guardia Civil ha llegado a multar a algunos vecinos que intentaron extinguir el fuego con sus tractores o sus remolques. Es injusto», cuenta.
Ante esta situación, la presencia de la Iglesia se ha dejado notar, sobre todo con la atención de Cáritas y de los párrocos de los pueblos afectados. Los habitantes de los municipios han sido realojados en pabellones deportivos y hasta allí fue por ejemplo el sábado el obispo de Zamora, Fernando Valera Sánchez, quien «ha ofrecido a la gente todo el apoyo de la diócesis y de Cáritas, y hasta las casas parroquiales si hace falta», cuenta Fernando Lorenzo, párroco de Alcañices. También estuvo en el pabellón de Camarzana de Tera el obispo de Astorga, Jesús Fernández González, dado que el incendio ha afectado al territorio de sendas diócesis.
Ambos obispos son la imagen de una Iglesia «que está mostrando su presencia y su cercanía con los afectados», dice el párroco de Alcañices, a quien ahora solo le queda pedir a las autoridades «que las ayudas tan prometidas lleguen pronto y no se retrasen, porque ha habido muchas pérdidas».
En la ola de incendios que ha golpeado España en estas últimas semanas de calor intenso también se ha visto afectado el parque temático Puy du Fou, en Toledo. 2.500 visitantes, 700 empleados, 200 aves y 55 caballos, además de otros animales fueron desalojados de urgencia el viernes. «Fue un desalojo épico», aseguró a ABC su consejero delegado en España, Erwan de la Villéon, quien recordó que a las puertas del parque se encuentra una talla de la Virgen María que tuvo que ver con la extinción de las llamas antes de que afectara al recinto: «La Virgen del Arrabal protege el parque, el cielo nos protege».