Lo lleva puesto en el nombre. Si tuviéramos que imaginar un programa que sirviera de modelo para eso que llamamos televisión de servicio público, Imprescindibles sería un ejemplo perfecto. Pueden verlo los domingos, a las 21:30 horas, y sobre todo en RTVE Play, esa joya desconocida en la que es posible sumergirse en un archivo audiovisual enorme y disfrutar de programas en streaming y a la carta.
Imprescindibles es un documental cultural que, en monográficos, lo mismo te disecciona a Danza Invisible que a la obra de César Manrique, Antonio López, Chicho Ibáñez Serrador, Concha Velasco, Francisco Brines o Emilio Lledó. Es una delicatessen pensada para esa inmensa minoría que poblamos La 2 y que no solo la utilizamos para echar la siesta entre documentales de animales y Saber y Ganar.
Apúntenlo los profesores, de Secundaria y universitarios, y utilícenlo. Les va a tocar trocearlo en píldoras mínimas que resistan la maltrecha capacidad de atención de la generación actual de estudiantes, pero aún así merecerá la pena. Está dirigido por Marcos Hernández y producido por Marina Bretos. Es un programa con vocación de permanencia. Ante tanto producto de usar y tirar, un trabajo así dignifica la profesión y el canal que la emite.
Larga vida a la televisión de calidad, esa que lleva, como estandarte, todo aquello que nos resulta imprescindible, como es el caso del documental bien hecho, con fuentes, imágenes y montaje cuidados, contenidos relevantes con los que se aprende y se encuentran perspectivas de una historia que no conocíamos, a contracorriente de la moda efímera. Pequeña televisión, al fin y al cabo, y por eso, tal vez, tan grande, alejadísima del Gran Hermano que todo lo ve y todo lo devora. Ciertamente imprescindible.