Impredecible Venezuela
La UE y EE. UU. son importantes en la crisis venezolana, pero la solución debe venir desde dentro
No por esperado es menos desolador el resultado de las elecciones venezolanas: una abstención del 69,5 %, un sector de la oposición que solo ha logrado el 8,7 % de los escaños y el grueso de los contrarios al régimen amparados en un Parlamento que el 5 de enero dejará de tener mandato constitucional y perderá su legitimidad. «La gran incógnita ahora es cómo transformar las tensiones que se acumulan en una protesta social relevante», apunta Guillermo Tell Aveledo, profesor de Estudios Políticos de la Universidad Metropolitana de Caracas. El impacto de la pandemia y de la carestía hacen que la situación en las próximas semanas sea «impredecible».
Este experto no cree que vayan a materializarse las palabras del presidente encargado, Juan Guaidó, que en Radio Nacional de España no descartó el uso de la fuerza. «En la oposición hay una convicción cada vez más clara, aunque no lo quieran reconocer», de que una intervención así «no es viable». La solución tiene que ser «interna; cuanto más se apunte a la presión externa más disminuye su capacidad política».
El también miembro del consejo editorial de la revista SIC, de los jesuitas, considera «positivo» este cambio de la oposición. Si bien podría parecer «deseable un rescate como el de las democracias europeas en la Segunda Guerra Mundial, el nivel de sufrimiento y la imposibilidad de asegurar que no vaya a ser peor» obligan a descartar dicha opción. Pero le preocupa que todavía hagan gestos «de cara a la galería» y al exterior del país «para seducir» a los sectores más polarizados.
Redes comunitarias
La forma de «plantar cara» que Aveledo propone desde el pensamiento social cristiano debe basarse en primer lugar en lo local, de cara a las elecciones regionales del año que viene. Si bien su presencia en la Asamblea Nacional quedó casi anulada por el sistema electoral, la oposición consiguió un 30,75 % de votos; un respaldo que «aunque no es mayoritario en ningún municipio, podría servirle de base» para intentar movilizar desde lo local la voluntad nacional.
Ahí entra en juego un segundo elemento: la reconstrucción del tejido social para que «no todos dependan del Estado». Por ello, asegura el politólogo, «hay que fortalecer las redes» y a las comunidades de base. Ante todo, para atender al problema humanitario inmediato. Y también para favorecer la comunicación, la movilización y la puesta en marcha de propuestas.
Esta importancia de lo interno, con todo, no hace que el papel de la comunidad internacional sea irrelevante. Ni Estados Unidos ni la UE ni la Organización de los Estados Americanos han reconocido las elecciones. Ahora, Aveledo cree que es clave la colaboración, evitando cualquier «acción unilateral». «El diálogo entre Estados Unidos y la Unión Europea va a ser muy importante», sin dejar de lado a China, que puede ser «un aliado importantísimo».