Iglesias politizadas - Alfa y Omega

El vergonzoso apoyo de la Iglesia ortodoxa rusa a la invasión de Ucrania –sin el mínimo reproche a los crímenes de guerra de Putin y culpando a Occidente de la matanza– recuerda lo bajo que caen las iglesias cuando sus líderes se politizan y se envenenan de nacionalismo. Por desgracia, los autócratas instrumentalizan hábilmente la religión, como Erdogan en Turquía o Modi en la India.

En 2016 el patriarca de Moscú, Cirilo, suscitó esperanzas firmando, durante su histórico encuentro con el Papa Francisco, una declaración común: «Deploramos el conflicto en Ucrania, que ha causado ya muchas víctimas», e «invitamos a todas las partes en conflicto a la prudencia, la solidaridad social y acciones para construir la paz». Pero, a diferencia de Francisco –que volaba como siempre en un chárter de Alitalia–, Cirilo había llegado al aeropuerto de La Habana en un gigantesco avión de Estado ofrecido generosamente por Putin. La complicidad simbiótica con el poder político –a cambio de privilegios y dinero– ha convertido al patriarca en un contraejemplo del cristianismo, reprochado en público por el metropolita Onofre, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa en Ucrania; el metropolita Jean de Doubna, jefe de las iglesias ortodoxas rusas en Europa Occidental, y otras personalidades de la ortodoxia moscovita. Desde la invasión de Crimea en 2014, Putin ha multiplicado sus apoyos a todo nacionalismo populista que disgregue Occidente: el Frente Nacional, la Liga Norte, los independentistas catalanes, el Brexit y –su mayor éxito– Donald Trump, que sacudió desde dentro la OTAN y tenía el proyecto de abandonarla.

Un reportaje de Rebecca Solnit en The Guardian refleja que «un asombroso número de colaboradores directos de Trump tenía lazos profundos con el Gobierno ruso». En paralelo, su estratega, Steve Bannon, los tejía con la Iglesia ortodoxa rusa, evangélicos neocon y sectores de la Iglesia católica americana fáciles de corromper para hostigar al partido demócrata y al Papa Francisco, en tándem con un grupo de multimillonarios que usan poderosos medios informativos, desde Fox News a EWTN. Según The Economist, bajo la creciente tiranía de Putin en su propio país, Rusia se «estaliniza». O, quizá, se «hitleriza».