Iglesia en Castilla: «Lo de la despoblación es un mantra, lo importante es la secularización»
Los obispos de nueve diócesis castellanoleonesas se reúnen en Ávila para afrontar sus desafíos pastorales. «Se puede ver nítidamente que la parroquia es lo primero que necesita un cambio», asegura el secretario de Iglesia en Castilla
Obispos, vicarios y arciprestes de las nueve diócesis que componen el grupo de trabajo Iglesia en Castilla se reunieron esta semana en Ávila para analizar la situación social y eclesial en sus territorios e impulsar una nueva acción evangelizadora. «No podemos seguir presentando el Evangelio de la misma forma, porque la sociedad a la que nos dirigimos está cambiando», afirma Gabriel Rodríguez, secretario de Iglesia en Castilla y vicario general de Osma-Soria.
¿Por qué esta reunión y en este momento? ¿En qué han puesto el foco?
Estos encuentros tienen una periodicidad anual que se interrumpió por la pandemia. Cada año abordamos un tema concreto, y en esta ocasión hemos hablado de la situación que estamos atravesando ahora. Se trata de un cambio de época, del que habla mucho el Papa, un contexto en el que se están produciendo muchos cambios y muy rápidos a nivel social y económico. Todo eso a la Iglesia nos afecta. Por tanto, no podemos seguir presentando el Evangelio de la misma forma, porque el sujeto al que nos dirigimos está cambiando de manera vertiginosa. Tenemos que cambiar los acentos y las formas de presencia. Este año hemos analizado cómo estamos para saber de qué punto partimos, y en los años siguientes concretaremos acciones para dar respuesta a nuestra realidad.
¿Es la despoblación el reto más urgente al que se encuentra la Iglesia en Castilla?
Eso es un mantra que se repite mucho, pero el principal problema en Soria o en Madrid no es la cantidad de población, sino la secularización. Este es un fenómeno que hay en todas partes. Por lo tanto, no es una cuestión de demografía o de envejecimiento, sino de que haya fe o no. Ese es el problema más serio en toda España.
Es cierto que la despoblación influye directamente en la propuesta del Evangelio que hacemos, porque no es lo mismo trabajar en un pueblo de Castilla que en una gran ciudad. De todos modos, proporcionalmente quizá acudan más personas a Misa en un pueblo pequeño que en una parroquia de un barrio céntrico de Madrid. Son contextos distintos, pero lo importante es que haya o no una comunidad cristiana.
¿Esta mirada a la realidad en sus territorios va a suponer un cambio en las estructuras?
Tiene que ser así. El mismo Papa Francisco habla de ello en Evangelii gaudium. Hay estructuras pastorales que han funcionado hasta hoy pero ahora es necesario darles una vuelta. Hace 50 años uno nacía en un contexto que le ayudaba a ser cristiano toda su vida, pero eso ya no se produce. Hoy es preciso aprender a ser cristiano porque la familia, la escuela o la parroquia no son ya apoyos evidentes para todos. No podemos dar por supuestos caldos de cultivo que funcionaban en otras épocas. Hay que presentar el Evangelio de otra forma, y por eso el concepto de parroquia sigue sirviendo pero hay que cambiar algunas cosas. Se puede ver nítidamente que es lo primero que necesita un cambio.
Iglesia en Castilla reúne a los responsables de las diócesis de Burgos, Palencia, Osma-Soria, Segovia, Ávila, Valladolid, Ciudad Rodrigo, Salamanca y Zamora, ya que Astorga y León tienen más afinidad por sus características con la diócesis de Oviedo. Al tener particularidades comunes, estas nueve diócesis abordan sus desafíos en reuniones anuales que se llevan produciendo desde hace 41 años, solo interrumpidas por la pandemia. «No es un órgano oficial, porque las circunscripciones territoriales en España las conforman las diócesis y las provincias eclesiásticas, pero es un foro consolidado tras cuatros décadas de funcionamiento», asegura Gabriel Rodríguez.
¿Cómo tiene que evolucionar la parroquia entonces?
En primer lugar, tiene que haber una colaboración más estrecha entre sacerdotes, religiosos y laicos. Aquí es imprescindible que los seglares den un paso adelante. Las unidades pastorales son ya una realidad en muchas diócesis españolas, pero lo ideal no es sin más una agregación de parroquias, sino una integración. Esto significa que podamos llamar «parroquia» a varios núcleos o centros que trabajan en red. Para eso, ante la escasez de sacerdotes, es imprescindible que se produzca una corresponsabilidad real de los laicos. Solo así se podrá llevar la tarea pastoral en un territorio que es cada vez más grande.
La semana pasada, los obispos del norte de España abordaron en una reunión conjunta similar a la suya la reconfiguración de sus seminarios. ¿Es este un asunto también prioritario para la Iglesia en Castilla?
Lo hemos tratado tangencialmente, bajo el prisma de la escasez de vocaciones al sacerdocio. Las orientaciones de la Santa Sede hablan de la creación de seminarios interdiocesanos en los que haya una comunidad suficiente de seminaristas. Es algo que están estudiando los obispos de España y que abordarán en el ámbito de su próxima Asamblea Plenaria.