Iceta desmiente en sede judicial las acusaciones de las exreligiosas - Alfa y Omega

Iceta desmiente en sede judicial las acusaciones de las exreligiosas

El comisario pontificio advierte de que la denuncia «forma parte de una estrategia urdida por las exreligiosas»

José Calderero de Aldecoa
Iceta durante la comparecencia ante los medios
Iceta durante la comparecencia ante los medios. Foto: Oficina del Comisario Pontificio.

El comisario pontifico para los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, Marío Iceta, ha comparecido este miércoles 7 de mayo ante el Juzgado de Primera Instancia e Instruccción Nº 1 de Briviesca para declarar ante la denuncia impuesta por algunas exmonjas de Belorado, que le acusaban de tres presuntos delitos: coacciones, administración desleal y revelación de secretos.

En su comparecencia, Iceta «ha desmentido los hechos en que se fundamenta la denuncia», según ha informado él mismo en una rueda de prensa posterior en la que ha leído un comunicado. En el se responde punto por punto a todas las acusaciones, en línea con lo expresado por el Ministerio Fiscal el 31 de octubre de 2024, que pedía «el sobreseimiento de las presentes actuaciones» ante la falta de «relevancia penal de los hechos», se recoge en la nota.

Respecto al presunto delito de coacciones, Iceta ha asegurado que al comisario pontificio le «compete el deber de administrar» y que el desarrollo de estas funciones «no ha implicado en ningún caso la constricción de derechos ajenos».

En este sentido, ha señalado que el pago de facturas no obedece «en ningún caso» a tratar de lograr que «las denunciantes abandonen las propiedades que están ocupando ilícitamente». La tutela del derecho de propiedad y de posesión «se está sustanciando mediante el oportuno procedimiento civil de desahucio».

En cuanto a la administración desleal, el comisario se ha mostrado perplejo ante la «contradicción ontológica» de la denuncia. «Si se considera que el comisario pontificio es responsable de este presunto delito», ha señalado, «se le estaría reconociendo la condición de administrador y no podría ser, al mismo tiempo, autor de un delito de revelación de secretos y de coacciones».

Asimismo, ha recordado que «se ha impedido sistemáticamente al acceso a la información económica necesaria para la administración». A pesar de ello, «se han aportado más de 360.000 euros desde la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu».

Por último, el comisario Iceta ha rechazado que haya «vulnerado la intimidad personal de ninguna» de las denunciantes, que es lo que «se considera secreto a efectos penales». Al contrario: «siempre se las ha tratado con exquisito respeto. El comisario sí ha reconocido que ha ofrecido información de gestión económica en algunas de sus numerosas ruedas de prensa, pero dar cuenta de un informe de estas características «no revela ninguna información íntima de las denunciantes —reitera—, sino que es un ejercicio de transparencia exigible en toda institución eclesiástica.

Al final de la rueda de prensa, en la que también ha participado una religiosa que convivió con las exmonjas cismáticas y que fue expulsada del monasterio por estas, Mario Iceta ha advertido de que la denuncia «forma parte de una estrategia urdida por las exreligiosas» y ha recordado las distintas acciones judiciales que han rechazado que las denunciantes hayan sufrido «vulneración de derechos fundamentales».