HOAC y CC. OO.: «Las respuestas del Gobierno a la situación sociolaboral son insuficientes»

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y Comisiones Obreras (CC. OO.) han coincidido en su análisis de la situación socioeconómica y laboral actual: El escenario es «de gravedad» a tenor de los últimos datos de la inflación y la subida de los precios, y las consecuencias de la guerra de Ucrania. En este contexto, «consideramos que las respuestas del Gobierno a esta nueva realidad son insuficientes», aseveran la HOAC y CC. OO., que piden «medidas estructurales y de cambio», y no «medidas de emergencia», ante «la dureza de este momento».

Las propuestas de ambas organizaciones han surgido de una reunión que ha tenido lugar este lunes 12 de septiembre en la que participaron Unai Sordo y Carmen Vidal, secretario general y secretaria de Participación Institucional y Movimientos Sociales de CC. OO., y Maru Megina, Fernando Díaz y Paco Álamos, presidenta, consiliario y responsable de Compromiso de la HOAC, respectivamente.

Al final del encuentro, el sindicato se ha mostrado abierto a mantener contacto con la Conferencia Episcopal Española (CEE), y ambas entidades —HOAC y CC. OO.— han «quedado emplazadas» de cara a las «necesarias movilizaciones y acciones en defensa de unos salarios decentes que garanticen una vida digna para la clase trabajadora».

Otras de las propuestas que se han abordado en la reunión son la «subida de salarios y del SMI, la contención de precios y del margen en los carburantes», la limitación de «precios a costa de los márgenes de beneficios de las empresas», todas ellas ideadas desde CC. OO. El objetivo es evitar un «problema socioeconómico» que «puede ser muy difícil».

Desmovilización social

Más allá de las medidas concretas, el sindicato y la hermandad han expresado su preocupación ante la «desvinculación y desmovilización social». Tanto HOAC como CC. OO. han «constatado la dificultad en gran parte de la sociedad de llegar a un análisis que vaya más allá de las opiniones, la falta de una nueva comprensión del trabajo enfocado desde el cuidado a la persona trabajadora, la desafección de los instrumentos y las herramientas colectivas de lucha». En definitiva, «la desafección del propio sistema democrático».

Ante este problema, «se necesitan políticas con resultados efectivos para los trabajadores y las trabajadoras, lo contrario produce decepción y desmovilización», concluyen.