Hilarión responde a Hollerich: el patriarca Cirilo no mediará ante Putin - Alfa y Omega

Hilarión responde a Hollerich: el patriarca Cirilo no mediará ante Putin

El responsable de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú sí pide a la Iglesia que trabaje con la UE para «prevenir que continúe la escalada»

María Martínez López
Hilarión y el cardenal Hollerich.

La Iglesia ortodoxa rusa ha rechazado la petición de la Iglesia católica de interceder ante Putin para que detenga la invasión a Ucrania. «Es completamente obvio que el actual conflicto no se puede resolver con otra declaración pública, que ya se han hecho en gran cantidad», ha respondido el metropolita Hilarión, responsable del Departamento de Relaciones Externas del Patriarcado de Moscú, al presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la UE (COMECE), cardenal Jean-Claude Hollerich.

La carta, con fecha de 17 de marzo, es una respuesta a la que Hollerich dirigió directamente a Cirilo el 8 de este mismo mes. En ella, aseguraba que «en estos momentos oscuros para la humanidad, acompañados por intensos sentimientos de desesperanza y miedo, muchos le miran, Santidad, como alguien que podría traer un signo de esperanza en una solución pacífica a este conflicto».

Por ello, le imploraba que dirigiera «un llamamiento urgente a las autoridades rusas para que detengan inmediatamente las hostilidades contra el pueblo ucraniano y muestren buena voluntad para buscar una solución diplomática al conflicto». Esta debía basarse, continuaba, «en el diálogo, el sentido común y el respeto al derecho internacional».

Relaciones «en punto muerto»

«Es esencial renunciar a la retórica del ultimátum, establecer canales de diálogo y organizar negociaciones oficiales y no oficiales que puedan ayudar», responde Hilarión sin aludir a los fundamentos sobre los que, según Hollerich, debía basarse dicho diálogo. E insiste en que «hacer todo lo que esté en nuestra mano» para que las negociaciones continúen es «lo más importante en esta situación».

De sus frutos depende también, añade, que haya «potencial para el diálogo» entre Occidente y Rusia. En este momento, asegura, las relaciones «han llegado a un punto muerto» y a la pérdida de la confianza mutua y de la capacidad de escucha.

Aunque Hilarión rechaza la petición de que el patriarca Cirilo interceda ante el Gobierno ruso, sí pide a Hollerich que actúe para que Europa no se implique más en el conflicto. COMECE, subraya, «podría jugar un papel importante para construir este diálogo trabajando con representantes de la Unión Europea para prevenir que continúe la escalada».

«Obra del diablo»

Cirilo ha recibido numerosas críticas de representantes de distintas iglesias (incluida la Iglesia ortodoxa ucraniana vinculada a su Patriarcado) por no condenar la invasión de Ucrania, e incluso justificarla con argumentos espirituales. Pero Hilarión subraya que el patriarca «hace mucho para restaurar la paz y la confianza, en la tierra ucraniana en particular, trabajando duro cada día para que ocurra».

En este sentido, recuerda que desde el comienzo de la guerra en el Dombás en 2014 en todas las liturgias de la Iglesia ortodoxa rusa se ha rezado por «el cese del conflicto». Últimamente, además, «a la vista de los recientes acontecimientos», se ha añadido una oración especial para que la paz se restaure lo antes posible. Recuerda también las recientes palabras del patriarca, que hace unos días afirmó que «toda guerra entre hermanos es obra del diablo, no de Dios».

A lo largo de toda la misiva, el responsable de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú evita siempre mencionar de ninguna manera la invasión rusa. Así, alude solo al «cese de cualquier confrontación militar entre Rusia y Ucrania» y se refiere a «ambos lados del conflicto».

La carta manifiesta también su esperanza de que siga la labor a favor de los refugiados que están llevando a cabo tanto la Iglesia ortodoxa rusa y «la Iglesia ortodoxa de Ucrania, que forma parte de ella», como «la Iglesia católica romana». Esta alusión parece referirse solo a la pequeña comunidad católica latina, ignorando que la mayoría de católicos ucranianos son grecocatólicos, despectivamente llamados uniatas por los ortodoxos.