Hermanamiento de las Guadalupes: «De España vino la fe a nuestras tierras»
El cardenal Aguiar sella en México junto al arzobispo de Toledo la unión de los dos santuarios «para descubrir al verdadero Dios por quien se vive, Jesucristo»
«Hoy nos visita el arzobispo de Toledo. Te pedimos por él, para que lo acompañes y fortalezcas en su misión, y por todo el pueblo español, de donde vino la fe a nuestras tierras», dijo el pasado domingo el cardenal primado de México, Carlos Aguiar, durante la homilía de hermanamiento de los santuarios de Guadalupe de México y España.
Aguiar recordó que «hace ya 492 años», la Virgen se mostró «de forma admirable en el ayate de san Juan Diego, facilitando que nuestros pueblos originarios fueran capaces de descubrir al verdadero Dios por quien se vive, Jesucristo».
El cardenal primado de México mostró en este sentido su deseo «de que las diversas advocaciones, a lo largo de la historia, que ha recibido la Madre de Dios sean reconocidas y veneradas, sabiendo que cumple en diferentes países y lugares una misión específica para orientar y auxiliar a los discípulos de Jesús».
El prelado recordó asimismo su visita en febrero al santuario español, «cuando concelebramos la Eucaristía y firmamos una declaración conjunta de hermanamiento de los dos santuarios bajo la advocación de María de Guadalupe». El acuerdo se ha cerrado estos días con la visita a México del arzobispo de Toledo, Francisco Cerro.
En su visita, Francisco Cerro regaló al cardenal Aguiar un cuadro al óleo obra del pintor Raúl Berzosa, que pasará a formar parte ahora del patrimonio artístico de la basílica de la Virgen de Guadalupe en México. «Para mí es un auténtico honor ver mi pintura allí y escuchar mi nombre en la basílica. Tener una obra en un santuario por el que pasan millones de personas al año es un auténtico regalo que me ha hecho la Virgen María», afirma a Alfa y Omega Raúl Berzosa.
El pintor explica que en su lienzo el centro lo ocupa la conocida como la Morenita de las Villuercas, patrona de Extremadura y reina de la Hispanidad, tras la que se ve el santuario extremeño. «En la parte inferior aparece la pila bautismal del santuario español, en la que fueron bautizados los dos primeros indios americanos que acompañaron a Colón tras su segundo viaje en 1498: Cristóbal y Pedro», añade Berzosa, para quien «la Virgen de Guadalupe, de España y de México, es luminaria de evangelización para los pueblos hermanos».