Han fracasado los que intentan crear confusión

Lo dijo el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en una entrevista al Corriere della Sera. La circunstancia inédita que ha supuesto la convivencia de dos sucesores de Pedro ha supuesto algo extraordinario para la Iglesia y «tal vez alguien pensó en aprovecharse de ello, e incluso trató de sembrar confusión. Pero no tuvo éxito en su intento». O, al menos, no para todos . Siempre habrá quienes aludan a la relación entre ambos tomando como fuente fidedigna la película Los dos Papas, sin tener en cuenta que es un guion de ficción. O quienes intenten desentrañar una verdadera pugna interna, con mensajes ocultos entre documentos pontificios, gracias a las revelaciones de quienes han priorizado resentimientos cotidianos para abrir la puerta al caos, aun sin intención y recalcando después la sintonía. Pero siempre hay quien está al acecho de un buen argumento telenovelero. La realidad es mucho más prosaica. Ya lo dijo nuestra colaboradora Eva Fernández en el monográfico que dedicamos al Papa emérito: «Benedicto fue una presencia silenciosa y efectiva que desgranaba a diario las cuentas de su rosario para que Francisco tuviera siempre sólidas asideras».