Hace un año las lluvias arrebataron su hogar a Falmata y aún no ha podido volver - Alfa y Omega

Hace un año las lluvias arrebataron su hogar a Falmata y aún no ha podido volver

En 2022 se triplicaron los desplazamientos por desastres climáticos en África. Nairobi acoge esta semana la primera Cumbre Africana sobre el Clima

Redacción
Inundaciones Nigeria
Inundación en Lokoja (Nigeria) en octubre de 2022. Foto: CNS.

Ha pasado casi un año y Falmata —nombre ficticio— aún se asusta al ver nubes. Un viernes de octubre del año pasado, esta muchacha de 13 años del estado de Borno (Nigeria) estaba volviendo de la escuela. Escuchaba continuamente «viene lluvia, viene lluvia», relata en un testimonio recogido por Save the Children. En su entorno, empezaron a llenar sacos de arena para intentar evitar que se inundara su casa.

Pero nada pudo detener el agua. «De repente vi una gran ola que venía rápidamente hacia nuestras casas. Todos estaban conmocionados, y mi mamá dijo que debíamos recoger nuestras pertenencias y correr». Solo acertaron a coger unas cuantas cosas antes de refugiarse en la escuela. Las viviendas «quedaron sumergidas».

Obligados a dejar su pueblo, «nos separamos de nuestros familiares y no hemos sabido nada de ellos desde entonces». Se han cobijado en una pequeña habitación, pero en algunos lugares las paredes están abiertas y también el techo tiene goteras.

1,85 millones de niños

Falmata y su familia son unas de las más de 30.000 personas obligadas a abandonar sus hogares en otoño del año pasado debido a las inundaciones que asolaron Borno, al noreste de Nigeria, y otras regiones del país. 2022 fue un mal año en lo que al desplazamiento forzado por causas climáticas se refiere. Según el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos, los fenómenos climáticos adversos hicieron que el año pasado tuvieran que dejar sus hogares el triple de personas que en 2021. En concreto, 7,4 millones frente a 2,6 millones.

Entre estas personas se encuentran 1,85 millones de niños, casi el doble del millón afectados el año anterior. Al perder sus hogares, «pierden casi todo: su acceso a la atención médica, a la educación, a la alimentación y a la seguridad», así como elementos básicos de su estabilidad y bienestar mental», como las rutinas, los amigos y el juego, ha explicado Kijala Shako, de la Oficina Regional de África Oriental y Meridional de Save the Children. Estos datos no siempre se corresponden con un número exacto de personas, pues se contabilizan de forma individual los casos en los que una persona ha tenido que dejar su hogar varias veces después de haber regresado a él.

Es el número más alto de nuevos desplazados que se ha registrado nunca en África. Pero, según Save the Children, es probable que la cifra siga aumentando debido al patrón climático de El Niño, que eleva las temperaturas globales causa fenómenos adversos aún más extremos. Desde la ONG explican que las lluvias que caen sobre el suelo reseco tras casi tres años de sequía conllevan mayores riesgos de inundaciones, desplazamientos, escasez de alimentos y enfermedades.

Inundaciones y sequía

Según los datos, el principal factor del incremento de desplazados climáticos fueron precisamente las inundaciones en Borno y otras partes de Nigeria. Solo a ellas se debe que 2,4 millones de personas tuvieran que dejar su hogar. A finales de año, 854.000 aún no habían podido regresar. Mientras tanto en Somalia cinco temporadas de lluvias fallidas llevaron a alrededor de 6,6 millones de personas —el 39 % de la población— a niveles críticos de hambre y provocaron el segundo mayor número de desplazamientos internos: 1,1 millones de personas.

Save the Children hizo públicos estos datos el pasado lunes mientras en Nairobi (Kenia) se inauguraba la primera Cumbre Africana sobre el Clima, que se prolongará hasta el próximo viernes. «Estas cifras son suficientes para paralizar a cualquiera y, con suerte, estimularán a los líderes a despertar ante las experiencias de los niños de toda la región, reconocer que la crisis climática está teniendo un impacto desastroso en sus vidas y actuar con urgencia para tener en cuenta las necesidades y los derechos de la infancia en la respuesta tan necesaria».

La polémica del mercado de carbono

Una de las cuestiones más polémicas sobre la mesa en esta cita, informa EFE, son los mercados voluntarios de carbono, que permiten comprar créditos o bonos para compensar las emisiones de gases de efecto invernadero. Activistas y gobiernos discrepan sobre su utilidad después de que varias investigaciones hayan revelado la baja calidad de algunos de esos créditos y presuntas violaciones de los derechos de las comunidades locales implicadas.

Al final de la cumbre, en la que participan más de veinte jefes de Estado y de Gobierno africanos, así como líderes de organismos internacionales y de otras regiones del mundo, está prevista la adopción de la llamada Declaración de Nairobi. Dicho documento busca articular una posición común africana frente a la COP28 —que se celebrará del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái—, la ONU, el G20 y las instituciones financieras internacionales.