Hace 24 años se consagraba la catedral de la Almudena
El 15 de junio de 1993 san Juan Pablo II consagraba la catedral de la Almudena. Habían pasado 110 años desde que Alfonso XII pusiera la primera piedra, el 4 de abril de 1883. Los madrileños habían esperado 125 años para ver otra vez un templo dedicado a la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena.
Madrid fue la ciudad escogida en 1561 por Felipe II para ser la nueva capital. Dependía de la diócesis de Toledo y, aunque fueron muchos los intentos de segregarla, Toledo seguía teniendo la primacía. Será en 1885 cuando el Papa León XIII cree la diócesis de Madrid, nombrando a don Narciso Martínez Izquierdo primer obispo. Se establece la cátedra en la iglesia que está en construcción, Santa María la Real de la Almudena, pero hasta la terminación de la obras será la colegiata de San Isidro la catedral provisional.
Su edificación no fue tan rápida como se esperaba. El primer proyecto del marqués de Cubas era muy ambicioso, un templo neogótico de cinco naves. A su muerte le sucedieron diferentes arquitectos, Miguel Olavarría, Enrique Repulles y Vargas y Juan Moya, quienes realizaron sustanciales variaciones. En el año 1944, el marqués de Lozoya propuso un concurso de arquitectura para dar una solución a la iglesia que estaba a medio construir. Carlos Sidro y Fernando Chueca Goitia ganaron el concurso y el resultado es la actual catedral, aunque con algunas modificaciones producidas por falta de recursos económicos.
Las obras se reanudaron en 1950, pero un nuevo parón entristeció a los madrileños. En 1984 don Ángel Suquía le dio el impulso definitivo con la creación de un patronato.
El 10 de junio de 1993 la Virgen de la Almudena procesionaba desde San Isidro hasta su nueva sede. Unos días más tarde, el Papa san Juan Pablo II la dedicaba. A la solemne ceremonia acudían las más altas personalidades del Estado y sus majestades los reyes don Juan Carlos y doña Sofía. En el museo catedral de la Almudena se exponen las casullas y los ornamentos que utilizó el Papa ese día. La catedral ha cambiado mucho desde entonces: el altar de la Virgen, la sacristía mayor, la capilla del Santísimo… Hace 24 años de aquel 15 de junio y, aunque tardamos en verla terminada, un Papa como san Juan Pablo II la dedicó.