Getafe pone fin a los bautismos por tradición familiar o cultural - Alfa y Omega

Getafe pone fin a los bautismos por tradición familiar o cultural

Todas las parroquias de la diócesis madrileña invitarán a los padres que llevan a bautizar a sus hijos a acudir a una propuesta de evangelización en el caso de que no haya garantías de que vayan a educarlos en la fe

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La familia de Gema y Javier al completo en el bautizo de Álex. Foto cedida por Gema Belinchón.

A Gema y Javier la fe se la transmitieron, de alguna manera, sus hijos pequeños. «Nosotros teníamos una fe muy de andar por casa y Dios no tenía sitio en esa casa, por decirlo así», explica ella. Después de nacer Iker y Hugo retomaron el contacto con la parroquia a la hora de bautizarlos y apuntarlos a catequesis de Primera Comunión, pero al quedarse embarazada de Álex en una situación médica de riesgo, el párroco de San Martín de la Vega, Jesús Úbeda, y su vicario, empezaron con ellos un acompañamiento más personal. «Cuando nació Álex vinieron a nuestra casa a explicarnos qué suponía el Bautismo y, a partir de ahí, nos metimos más en la parroquia y comenzó a crecer nuestra fe. Cristo empezó a ser alguien muy importante en nuestro hogar», cuenta Gema.

La experiencia de esta familia es un ejemplo de algo que la diócesis de Getafe replicará al unísono en este nuevo curso, en todo el territorio diocesano, a través del nuevo Directorio de Iniciación Cristiana, para que, a partir de ahora, los padres que tienen una fe más tibia o a veces inexistente y que quieren bautizar a sus hijos —casi siempre por tradición familiar o cultural— lo hagan convencidos y conscientes del paso que están dando. Para ello, el directorio obliga a todas las parroquias a ofrecer a estas familias una propuesta de primer anuncio. Y a que, para que los niños sean bautizados, las familias acepten.

El documento hace hincapié en crear primero una relación con el párroco y con el equipo encargado de la pastoral de bautismos, dejando para más adelante la cuestión concreta de la fecha. Si en la entrevista no hay seguridad de que el niño va a crecer en una familia donde se cuide su vida espiritual, entonces se propondrá a los padres algún instrumento de primer anuncio: cenas Alpha, retiros de Emaús, Cursillos de Cristiandad, Camino Neocatecumenal, Seminarios de Vida en el Espíritu o cualquier otra iniciativa que la parroquia debe tener ya en su agenda para este tipo de ocasiones.

¿Y si los padres no quieren?

«Se pueden dar casos en los que los padres del niño no acepten nuestra propuesta, y eso también se contempla en el nuevo directorio», afirma el vicario para la Evangelización y la Transmisión de la Fe de Getafe. En esos casos, «lo que les vamos a proponer es un acompañamiento para ayudarles a entender la necesidad de este proceso de cara al bautizo de su hijo. Y, si aun así no lo desean, podemos diferir el bautismo y volver a contactar con ellos más adelante, quizá ya en la etapa escolar».

En este sentido Úbeda quiere dejar claro que la Iglesia «está deseando bautizar al niño y nada nos gustaría más, pero no de cualquier modo. Para nosotros es vital que los padres entiendan que lo mejor para el niño es que ellos empiecen un camino de conversión». Junto a ello, el directorio pide «evitar cualquier apariencia de inflexibilidad sino, al contrario, mostrar una gran mansedumbre, misericordia y humildad» del pastor hacia los padres del niño o de la niña.

«El Papa nos está llamando a recuperar la conciencia evangelizadora como algo urgente», explica Jesús Úbeda, también vicario para la Evangelización y la Transmisión de la Fe en Getafe. «Que unos padres vengan al despacho para preguntar por el bautizo de su hijo es una oportunidad para evangelizar que no podemos desaprovechar». El sacerdote constata que, «en ocasiones como estas, no hace falta salir a los alejados: son ellos los que vienen a las parroquias, y muchos no han recibido ni siquiera el primer anuncio del encuentro con Cristo».

El directorio reconoce que la preparación a los sacramentos «constituye hoy una de las mayores y más graves preocupaciones de los pastores», debido a «la carencia de signos de vida cristiana que se observa en un buen número de padres, apenas evangelizados, y que mantienen actitudes de alejamiento de la práctica religiosa», explica el vicario. «Tenemos que ser más serios a la hora de hacer una propuesta a los padres», añade Jesús Úbeda, para quien «es cierto que en la parroquia bautizamos y hacemos un montón de cosas, pero eso no se refleja en conversiones». Con la nueva normativa, cuando unos padres se acerquen «empezaremos con ellos un camino que provoque un despertar en la fe y que acabe injertándolos en la comunidad, aunque eso suponga a veces retrasar el bautizo».

Úbeda es consciente de que esto supone «un cambio cultural enorme, pero en realidad es algo similar a los cursillos de novios y otras iniciativas catequéticas ya asentadas». Otra novedad es que, al hacerse de manera unánime, «ya no será posible irse a la parroquia de al lado a bautizar allí al niño».

También ha supuesto un cambio de mentalidad en los sacerdotes, porque «algunos piensan que no se puede negar la gracia del sacramento», asegura Úbeda. Al contrario, «no negamos el sacramento, sino que le damos más valor aún. No podíamos resignarnos a tantos bautizados sin pertenencia a la Iglesia y sin relación personal con el Señor».