Gentes: Paco Sánchez, periodista (en Nuestro Tiempo)
Jesucristo, que no tenía dónde reclinar su cabeza, rehuyó la teoría económica, pero dio origen a la civilización más próspera y avanzada que haya existido nunca sobre la tierra. A los hijos de esta generación, después de dos siglos mamando capitalismo y marxismo -incapaces ambos de manejar categorías no materiales-, nos cuesta digerir que el amor y la misericordia son la mejor inversión, la que proporciona mayores dividendos, no sólo en felicidad, sino también en prosperidad material. A las sociedades, como a las familias, el cariño comprometido las hace grandes.
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