Gentes: Jaime López, sacerdote (en Seminario)
La cantidad de proyectos rotos es igual al número de veces que Dios ha querido irrumpir en mi vida con sus bendiciones. Gracias a Dios y a la Iglesia, sus vocaciones se cumplen en el cambio de planes. Gracias a Dios, en estos años casi ninguna expectativa del Seminario se ha cumplido, y así me he dado cuenta de lo pequeña que era mi esperanza. Gracias a Dios, son sus sueños los que siempre se cumplen.
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